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Fotografía de tomada de https://www.facebook.com/RedFeministaAntimilitarista

Una red por la defensa y exigencia de los derechos de las mujeres

En la Zona Nororiental se abre una sede de la Red Feminista Antimilitarista sobre la carrera 45 con la calle 72 de Manrique, un espacio pensado por y para mujeres populares, el compartir de experiencias, la reflexión política, el aprendizaje y la compañía.

En los años 90 surgió en Medellín una Red Juvenil ante las dificultades que presentaba el contexto de estigmatización, en una época donde todos éramos víctimas o victimarios de la guerra. Ahí se potencia una postura antimilitarista en contra de la guerra, del reclutamiento, de los ejércitos legales e ilegales y empieza, desde las juventudes, la búsqueda de una historia distinta para Colombia, de paz, tejido comunitario y la recuperación de una ética política que hiciera posible el encuentro.

En 2012 esta red juvenil cambia su razón social nombrándose como “Red Feminista Antimilitarista”, reivindicando el proceso de paz que se estaba gestando en ese momento. “Surgimos como espacio de formación alrededor de las escuelas feministas, donde logramos abordar la teoría feminista y una práctica política muy callejera que no sólo ponía una estética y una narrativa desde la reivindicación y la memoria sino también en recuperar una voz que propusiera un horizonte esperanzador para Colombia, una conciencia de clase frente a las opresiones que vivimos principalmente las mujeres, las mujeres de los barrios populares de Medellín”. Cuenta Sandra Isaza, actual directora de la Red.

En la Red Feminista Antimilitarista se camina por la redistribucion del trabajo, por la igualdad de condiciones. Una de sus principales apuestas es la economía feminista, las alternativas de sostenimiento. Según menciona Aurora, participante de la red “eso que llamas amor, es trabajo no pago, lo que las mujeres llamadas ‘amas de casa’ hacemos  a diario, cocinando, lavando, haciendo aseo, cuidando los hijos o nietos, gratis, por una cultura patriarcal que nos puso en la posición del trabajo no remunerado dejando la economía de las mujeres como la más precaria”.

Partiendo de esto, surge una de sus estrategias llamada “Ruda Cafe Librería Feminista”, un espacio donde se toma café producido por caficultoras y se forman círculos de palabra para compartir experiencias y saberes. Así mismo, el  “Centro de Lavado mi Mamá Trabaja” es una apuesta de la Zona Nororiental con huertas comunitarias que resaltan la importancia de la siembra, el cuidado de la tierra y la soberanía alimentaria.

“Es un proyecto muy bonito donde podemos ir a tomar un rico café y poder apoyarnos entre nosotras, sobre todo aprendiendo el por qué nuestra economía es menor y poder contar nuestras historias y escuchar a otras, darnos cuenta de que somos muchas con vivencias parecidas y tener las bases para empoderarnos y tumbar de a poco ese patriarcado machista que tanto daño nos ha hecho desde siempre. Somos feministas del barrio”, señala Aurora.

Esta red mantiene sus puertas abiertas para que otras mujeres puedan unirse a sus propósitos, sumar otras reflexiones y juntas seguir logrando cambios en la sociedad desde la sororidad (acompañamiento femenino). Con la sede de Manrique la intención es seguir convocando mujeres populares y que este movimiento sea cada vez más poderoso.

Por María Lorena Tamayo Castro

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