La Franja de Gaza pertenece al Estado de Palestina, este territorio de Medio Oriente tiene una superficie de 360 kilómetros cuadrados, casi igual al tamaño de la ciudad de Medellín, que cuenta con 380 kilómetros cuadrados.
Gaza y Medellín son territorios densamente poblados, es decir, viven muchas personas en poco espacio. En Gaza, por ejemplo, viven cerca de 2,2 millones de personas y para hacerse una idea de esa cantidad de gente, la ciudad de Medellín cuenta con alrededor de 2,5 millones de habitantes. Según Amnistía Internacional el 58.4% de los habitantes de Gaza viven en pobreza, y el acceso al agua potable y los servicios básicos es extremadamente limitado debido al bloqueo impuesto por Israel desde 2007, sin contar con que este territorio se considera la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, pues sus habitantes no pueden salir debido a las restricciones que tiene Israel y Egipto en sus pasos fronterizos . Aunque la comunidad internacional ha reconocido la crisis humanitaria en Gaza, el conflicto persiste, perpetuando el sufrimiento de varias generaciones.
El 7 de octubre de 2023, el grupo político y armado palestino Hamás continuó la confrontación histórica con un ataque a Israel que dejó cerca de 1.200 muertos, 3.500 heridos y 251 rehenes, en su mayoría civiles. De inmediato, Israel inició bombardeos contra la Franja de Gaza después de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, declarara oficialmente que Israel se hallaba en guerra.
El “conflicto” en Gaza, que hemos escuchado seguramente en Caracol y RCN, durante el almuerzo o la comida y antes de que inicie nuestra novela favorita, es especialmente crítico, pues lo que allí se está viviendo no es una guerra sino un genocidio, algo como lo que paradójicamente vivió el pueblo judío conocido como el holocausto a manos de los Nazis o para traer un ejemplo más cercano, lo que vivieron durante los años 80 y 90 los integrantes del movimiento político Unión Patriótica – UP cuándo la fuerza pública colombiana, con la ayuda de paramilitares y narcotraficantes, asesinaron a 5.733 integrantes del movimiento y mandaron a muchos más al exilio.
Luego de 13 meses, a la fecha de publicación de esta edición, tras un año de ataques constantes y desproporcionados contra la Franja de Gaza, se calcula que Israel ha asesinado a más de 43.000 palestinos. Para entender la proporción de esa cifra, ese número de vidas arrebatadas es casi similar a las vidas que pueden llenar completamente el Estadio Atanasio Girardot un domingo de fútbol.
En una clara violación del Derecho Internacional Humanitario – DIH, los ataques de Israel han destruido el 50% del territorio de Gaza y cerca de 102.000 personas están heridas, más de 10.000 personas desaparecidas y 17.000 niños quedaron huérfanos. El 70% de las víctimas mortales son mujeres, niñas y niños. En medio de este contexto, los llantos de las víctimas logran escucharse a pesar del estruendo de las bombas.
Entonces, ¿por qué hablamos de Palestina en el barrio? Porque queremos romper con la indiferencia. Como medio comunitario, buscamos sembrar una mirada crítica y sensible que impulse estas conversaciones en nuestra cotidianidad. Sabemos que son temas que pueden incomodarnos, pero creemos que es imprescindible abordarlos. El silencio nunca ha sido aliado de la justicia.
Nuestra apuesta es informar, formar e incomodar. Porque, aunque sea en pequeña escala, estamos comprometidos con transformar lo injusto y defender la vida.
Este editorial hace parte de la Edición 98 – Hagamos un acuerdo, ¡Cuidemos la Vida!
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