La terraza de la Casa para el Encuentro Eduardo Galeano sirve de escenario en los viernes culturales, en la programación virtual que cada semana hace parte de este espacio. El tema del 25 de septiembre fue: empoderamiento femenino a través de la danza.
La invitada de la noche, Alexandra Arango, llamada Isis en su entorno artístico, compartió el amor por la danza y la importancia que ha tenido en su vida. Es artista de danza Oriental hace 20 años, entre risas cuenta que es bailarina desde el vientre de su mamá: “mi primer instrumento musical fue el latido del corazón de mi madre”. Se ha formado con diversas escuelas y maestros. Pertenece a la Red de Artistas de Medellín y su trayectoria la ha llevado a escenarios nacionales e internacionales.
La danza oriental, también llamada danza del vientre, es milenaria, de origen egipcio, típica de los países de Oriente Próximo como Turquía, Egipto, Líbano, entre otros; así también en el Norte de África. A Latinoamérica llegó a partir de los años noventa. El baile consiste en movimientos ondulatorios del cuerpo, principalmente la pelvis “el sentir ondulatorio de la música” cuenta Isis. Su musicalización se compone de percusión, instrumentos de cuerda como el laúd, y de viento como el nay.
La Casa para el Eduardo Galeano es diversa y plural, propone espacios para la lectura, pero también para la expresión del cuerpo. La primera de tres danzas que presentó Isis fue de movimientos circulares, embellecidos por un vestuario con alas doradas. Su inspiración para esta creación surgió a partir del confinamiento decretado por la emergencia sanitaria. En ella expresa: “Nos están limitando el espacio pero nada nos confina. No nos pueden limitar los sueños e ideales. Lo único que nos confina es la materia, pero adentro, más allá de los sueños. Hay una realidad que debemos afrontar, asumir y seguir viviendo y volar. Que nada nos limite. Ese es el mensaje que quiero dar”.
Pues bien, en los siguientes bailes sobresaltó a las mujeres, al empoderamiento femenino “activar la diosa guerrera que se tiene dentro” para afrontar las situaciones y “sentir verdaderamente la vida. Hay que soñar y tener derecho a realizarse, a sentirse a plenitud, en todo su esplendor”. Sus construcciones coreográficas se basan en las sensaciones, en el instante, en sus emociones. Es por ello que desde la intimidad de la pérdida de su padre, halló los elementos para despertar el cuerpo, representando la muerte a través de la danza en su último baile.
Se destacó la pedagogía a través de la danza, el aprendizaje constante y la formación. Elementos que construyen lo intelectual y lo espiritual. “Antes de la palabra sentimos: hay sensaciones y emociones”. Su mensaje final fue: “Que nada los limite, que vivan sus sueños, que encuentre lo que cada uno es, que se disfruten, que todos los días al despertar se miren al espejo para apreciarse” y muy especialmente para las mujeres “separarse de la culpa y el miedo. Ser uno mismo, las dueñas de sus sueños, de su vida, de sus horizontes, ustedes marcan el camino”.
La agenda virtual de la Casa para el Encuentro Eduardo Galeano se mantiene semanalmente: los jueves el espacio es de diálogo con los colectivos audiovisuales de la ciudad y el país; los viernes el escenario es para el arte y la cultura; y la última semana de cada mes, la palabra a través de los libros es protagonista con dedicatorias literarias.
Por Miller Rivera Rodríguez