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Barrios en Femenino: una experiencia para el reconocimiento y la sororidad

Escrito por María Alejandra Escobar Suarez

Somos una juntanza entre mujeres, entre amigas. Mujeres jóvenes habitantes de diferentes barrios de Medellín que llevamos un tiempo preguntándonos ¿qué implica eso de ser mujer?, ¿que les ha implicado a nuestras madres y abuelas?, ¿que nos implica hoy? y ¿qué queremos que implique para nuestras hijas, sobrinas, amigas?. A estas preguntas se suman otras alrededor del género en el territorio y especialmente en el espacio público. 

Uniendo sentires y saberes nació Barrios en Femenino, un proyecto que buscó visibilizar el rol de las mujeres en la construcción del territorio en barrios populares de Medellín, a partir de técnicas artísticas como escritura creativa, dibujo y performance. 

Para soñar lo que sería Barrios en Femenino, partimos de la idea de pensarnos el territorio como la mezcla de tres elementos: espacio, prácticas, significados y del reconocimiento de que, en los barrios populares de Medellín, la construcción del territorio ha estado atravesada por procesos de autogestión y por dinámicas paralelas de violencia y búsqueda de paz, que no solo determinan la espacialidad de los barrios (precaria, compleja, no planificada), sino que además, suman a las significaciones propias de nuestra cultura – patriarcal y heteronormativa – otros significados de resistencia, politización y familiaridad que generan, en los barrios populares, relacionamientos diferentes a los de las centralidades de la ciudad con el espacio público y privado . 

Pese a que en nuestra cultura priman expresiones como “ Los hombres de la calle, las mujeres de la casa” – “Los trapitos sucios se lavan en la casa” – “Los hombres en la cocina, huelen a rila de gallina” – que dan cuenta de una relegación de la mujer al ámbito privado en comparación a la libre apropiación del espacio público por parte de los hombres, en los barrios populares, dadas las condiciones de autogestión y la historia de formación, ligada a la violencia en las áreas rurales que impulsó la población a partir del desplazamiento, principalmente de mujeres y niños desde el campo a la ciudad, las mujeres se vieron obligadas a asumir roles culturalmente asociados a lo masculino, y a participar desde ellos y desde sus roles de cuidado en la planificación del espacio. La convocatoria a convites para la construcción de equipamientos, espacios públicos y la realización del tradicional sancocho en la calle son muestra de ello. 

Sumado a su rol activo en la planificación y construcción del barrio, el tejido comunitario y los esfuerzos por subsanar necesidades históricas, han llevado a las mujeres a construir nuevas formas de habitar que ponen en cuestión los mandatos patriarcales y transgreden las separaciones entre espacios públicos y privados generando nuevos significados y así contribuyendo a lo que nombramos territorios populares.

Visibilizar y reivindicar el rol que ocupamos las mujeres en los barrios populares es un paso que nos acerca al fortalecimiento de la participación y al reconocimiento de la diversidad.

Desde esta intención nos reunimos 11 mujeres de diferentes barrios de Medellín, conversamos, jugamos, pintamos, escribimos, y sobre todo nos narramos. Compartimos experiencias cotidianas que nos permitieron honrar a las mujeres que nos rodean, y a nosotras mismas, desde la reivindicación de los roles de cuidado y de planificación como parte importante de la construcción de los barrios, así como transgredir los estereotipos sobre la feminidad, mostrando valores y prácticas alternativas. 

Después de esta experiencia que nos permitió abrazarnos y reconocernos como custodias y constructoras de nuestros barrios, queremos compartir con ustedes algunas de las formas en las que las mujeres construimos territorio:

Con nuestra fuerza 

A través de la historia de Miriam Serna, quien logró llegar a la Alcaldía del municipio de Vigía del Fuerte, reivindicamos nuestra fuerza espiritual y física. Miriam logró llevar a cabo un proyecto para la pavimentación de las vías de su municipio  y ejecutar la construcción de un parque educativo, para lo que tomó la decisión de contratar solo mujeres como una forma de apoyarlas y de reivindicar el derecho al trabajo y a la autonomía, visibilizando la posibilidad que disponemos de realizar cualquier tipo de trabajo, incluidos aquellos culturalmente asociados a los hombres.

Incomodando 

Rosa es una mujer que los vecinos tildaban siempre de fastidiosa porque a menudo señalaba las inconformidades y asuntos por resolver en la vida barrial. Rosa mostró siempre que calladitas no nos vemos más bonitas  y pese a los señalamientos logró llamar la atención de la Alcaldía para la atención de necesidades históricas, su trabajo fue reconocido y logró generar condiciones para el mejoramiento de su barrio.

Ejerciendo nuestro poder y libertad 

Una tía nos regaló la historia de su sobrina Sully.
Sully es  una mujer luchadora, independiente, que salió adelante en sus proyectos personales, educativos y laborales pese a tener condiciones económicas difíciles y a recibir poco apoyo de otras personas. Ella desde muy jóven se atrevió a soñar y a trabajar para cumplir sus sueños, hoy es inspiración para muchas otras mujeres.

Transgrediendo 

Conocemos mujeres que decidieron no ser madres, no vivir en pareja, no ocupar roles tradicionales y movilizaron así, nuevos significados alrededor del cuerpo- nuestro primer territorio. Conocemos también  mujeres que criaron en soltería, y que nos enseñaron a “caminar solas” a ser fuertes, a conquistar la propia voz. 

Cuidando 

Tenemos además, muchos ejemplos de madres, abuelas, tías, que generan tejido social con sus redes de cuidado y de amor. Entre ellas una abuela, que siempre se caracterizó por ser una mujer emprendedora y referente de cuidados,  hacía las arepas del barrio y regalaba el claro para aportar a la alimentación de los vecinos, tenía dones y manos curanderas y estaba siempre dispuesta para sobar las barrigas de embarazadas y acomodaba los bebés; para sacar piojos, para mostrar amor con una caricia, Sus manos eran mágicas y nos enseñaron que el valor más importante es siempre el cuidado de la vida.

Solidarizandonos 

En todos nuestros barrios identificamos mujeres que recogieron mercados en pandemia, que cada navidad hacen novenas, que piden ayudas, que recogen regalos para los niños, que ponen toda su capacidad de gestión y comunicación alrededor del tejido social de su barrio.

Juntandonos 

Finalmente, en la acción misma de compartir estas historias, de escucharnos, de reírnos, de jugar juntas y permitirnos nombrar referentes diversos y alternativos Las Mujeres Construimos Territorio, habitando los espacios y contribuyendo a dotarlos de sentido.

En barrios en femenino nuestro principal aprendizaje fue reconocer el valor de lo cotidiano, que no hay que ser “muy estudiadas”, ni “hablar muy durito”; para hacer grandes cosas; que la dominación no es la única forma de ejercer poder, que amando, cuidando, sanando, soñando, transgrediendo, somos poderosas y seguimos teniendo toda la fuerza para hacer día a día de nuestros barrios, un mejor lugar.

En este video te compartimos nuestras reflexiones durante el proyecto: Barrios en Femenino

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