Por Dayana Gonzalez
Don Luis y Duklenys son dos personas que habitan la Comuna 2 – Santa Cruz. El primero en el barrio Sinaí y el segundo en el Popular. Ambos llegaron al territorio por el desplazamiento y la migración, situaciones con las que han tenido que aprender a vivir o sobrevivir. Sus familias son numerosas y viven una realidad que afecta a muchas otras que viven en la zona: el hacinamiento.
Las maneras de habitar los barrios de la comuna han sido, en su mayoría, desde la informalidad, resultado de la complejidad para poder acceder a una vivienda, pues gran parte de la comunidad es víctima del conflicto armado que se vivía en la década de los 50 y los 60 en el país. Llegaban a las laderas de la ciudad buscando refugiarse de una guerra que les arrebató sus vidas, pertenencias y tierras.
Esta realidad aún no se desvanece, pues el desplazamiento forzado sigue latente y nuestras laderas siguen siendo ese lugar de acogida. Don Luis, un habitante del barrio Sinaí procedente de la ciudad de Santa Marta, víctima del desplazamiento, vive hace cinco años con sus dos hijas y su esposa en una casa que comparten con 2 familias más, los espacios en común son un baño que se turnan y tres habitaciones donde cada familia convive.
Esta situación de hacinamiento familiar también se evidencia en barrios como el Popular 2, donde dos familias de procedencia venezolana, afectadas por el oleaje migratorio, encontraron en los barrios de la comuna un lugar donde poder sobrellevar sus vidas y hoy habitan una misma casa. Duklenys nos cuenta que en su país ejercía la docencia en educación especial, pero debido a la situación política y económica de Venezuela se vio en la obligación de traspasar las fronteras, su situación ha sido compleja para encontrar trabajo y así poder pagar el arriendo, los servicios y la comida, responsabilidad que debe ser compartida entre las dos familias.
Duklenys resalta los lazos de solidaridad por parte de los vecinos que han estado atentos para brindarles apoyo con la esperanza de mejorar esta difícil situación que requiere de más atención estatal. Como comunidad, hacemos un llamado al reconocimiento de este tipo de situaciones, para ayudar al vecino desde sus posibilidades, ya que es una realidad latente.