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El agua: una riqueza que vale más que el oro

Cada gota hace la diferencia

Los estudios afirman que más del 96% del agua de nuestro planeta es salada; los centros hídricos tienden a desaparecer por la contaminación y el calentamiento global…y aun así, este valioso elemento se sigue desperdiciando indiscriminadamente.

¿Te gusta el sonido del agua que sale por la llave del lavamanos mientras te cepillas los dientes? ¿Te relaja el agua que cae sobre tu espalda mientras te enjabonas en la ducha? ¿Es más placentero lavar los platos o la ropa, mientras el agua que cae en tus manos ayuda a convertir el jabón en espuma?

Tal vez dentro de unos años ese placer que a muchos nos produce escuchar el agua mientras cae, y la posibilidad de hidratarnos y asearnos con este valioso líquido, no sea tan sencillo.    

Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, IDEAM, “hacia el 2050 el 60% de los páramos en Colombia habrán desaparecido”, lo cual supone una inminente y preocupante escasez de agua en un país como Colombia, que por su ubicación geográfica y su variedad climática, es considerado uno de los países con mayor riqueza hídrica en el mundo.

Foto Jonny Alexander OsorioEl Nudo de Saturbán, la Sierra Nevada de Santa Marta, El Macizo Colombiano, el Nudo de los Pastos, el Nudo de Paramillo, el Páramo de Sumapaz… son algunos de los principales centros hidrográficos que irrigan las vertientes de los suelos colombianos que hoy, siendo una cantidad significativa, no dan abasto.

Pensar en lavarse las manos y hacerlo posible con el solo hecho de girar una perilla, no es un privilegio de todos los 47 millones de habitantes que tiene Colombia. Empresas Públicas de Medellín, EPM, aseguró que aproximadamente 26.126 viviendas no cuentan con agua potable y alcantarillado.

Las cifras son preocupantes, si tenemos presente que las autoridades médicas afirman que es más fácil vivir sin comida que sin agua: no lavarse constantemente las manos ayuda a propagar virus e infecciones; no tomar suficiente líquido puede generar problemas nefrológicos, cardiacos  y cerebrales.

Algunas poblaciones colombianas sufren las inclemencias del clima y de las industrias, pese a sus riquezas minerales. Barrancabermeja, por ejemplo, uno de los campos petroleros más importantes del país, por estos días se ve afectada por falta de agua. En una importante cadena noticiosa, sus habitantes afirmaron que dos empresas petroleras “iniciaron una exploración que generó una reinyección de agua hacia los pozos petroleros, disminuyendo el caudal de agua potable para la comunidad”.

No obstante los perjuicios que supone la ausencia de agua en el mundo y actualmente en el territorio nacional, no se puede desconocer que son innumerables los beneficios que ésta genera en el organismo. No son pocas las ocasiones en las que se habla de sus bondades durante un resfriado o de su efecto diurético que ayuda a limpiar las vías urinarias. Hay quienes tienen la creencia de que el líquido tiene propiedades sanadoras para cualquier mal. Sin embargo, no es solo el cuerpo el que agradece la presencia de esta sustancia: nuestro medio ambiente también. Plantas, mares, ríos y fauna viven, sobreviven y, en algunas ocasiones, conviven gracias al agua.

Por placer, por salud, bienestar o necesidad es el agua el líquido más importante de la Tierra hasta ahora, aunque otros sean más valorados (en dinero). Los ambientalistas afirman que en un futuro no muy lejano, ya no será el petróleo el causante de las guerras, sino el agua. Para cuando nuestros nietos o bisnietos sean adultos, tal vez sea Colombia el blanco de las guerras.

Mientras llega el futuro ocupémonos de educar y educarnos en torno al tema de la preservación de nuestro medio ambiente, soportado por las riquezas hídricas de nuestras poblaciones colombianas.

Las repetitivas campañas que piden “cerrar la llave”, no deberían sonar a “frase de cajón”, al contrario, deberían servir para cuestionarnos frente al valor de cada gota e imaginar qué haríamos si un día nos levantamos, giramos la llave y no obtenemos ningún resultado.

“Cierra la llave mientras te cepillas”, “Cuida el agua”, “Hay que ahorrar el agua” no son un simple «bla, bla, bla», son más bien un llamado (a gritos) a todos esos que hoy tenemos la comodidad  de tener el preciado elemento al alcance; y una alerta para que dejemos de pensar que es infinito.

Realizado por Alejandra Carmona Sierra 

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