«Lo importante es poder servir y sentir la satisfacción de hacer algo por alguien», dice esta lideresa que lleva 60 años en la Comuna 2 liderando proyectos dentro de la junta de acción comunal de Villa Niza y siendo una de las fundadoras de un colectivo de mujeres.
La primera vez que vi a Doña Consuelo estaba en su negocio, en una casa de dos pisos con una puerta de aluminio color plata y una ventana que da a la calle 103C en Villa Niza, Comuna 2.
Su casa tenía la vista de algunos productos de mecato e higiene personal. Doña Consuelo, de 65 años, ama de casa pensionada, ojos verdes que denotan tranquilidad; una mujer con una voluntad clara en apoyo a la comunidad, es además tecnóloga en auxiliar de enfermería que a través de ello han recurrido a ella para leer fórmulas, aplicar inyecciones o buscar soluciones médicas dentro de la comunidad.
Desde su juventud, se ha visto envuelta en querer ayudar al prójimo. Dice que «lo importante es poder servir y sentir la satisfacción de hacer algo por alguien», y de acuerdo a ello ha encaminado su vida, inclusive en momentos difíciles siendo pensionada hace ya 24 años. Doña Consuelo cuenta que tenía una tiendita más grande con más productos pero, en aquellos tiempos de violencia por parte de los convivir u otras organizaciones, se les hizo complicado mantenerla en pie, ya que pedían cierta cuota de dinero y si no, pedían una cuota de productos del negocio.
Sin embargo, eso no la detuvo para continuar con sus ideales, pues ella dice que debemos respetar “la opinión de todos para que todos podamos vivir en paz». Siempre desde el respeto, Doña Consuelo se ha dirigido a otras figuras para hacerles llegar el mensaje de las problemáticas de su comunidad y es conocida en su barrio pues lleva 60 años residiendo en la Comuna. También en el pasado ha podido hacerle llegar el mensaje a otras personas para replantear la posibilidad de las jornadas nocturnas en un colegio cerca de su localidad ya que era necesario por la cantidad de personas desplazadas que necesitaban trabajar en el día para poder subsistir. También ha participado en proyectos dentro de la junta de acción comunal de Villa Niza, siendo una de las cofundadoras de un colectivo de mujeres, decide no continuar con los colectivos ya que busca siempre dar a los demás sin obtener algo a cambio, dentro de la misma comunidad ha impulsado muchos acercamientos, como la creación de un botiquín para la JAC o recolección de fondos para la misma comunidad como Bingos, Chocolatadas, Comitivas, las cuales siempre ha realizado con invitaciones en carteles y voz a voz.
Relata una historia que tuvo en post pandemia con un grupo de misioneros de la iglesia. En el 2021, a unos misioneros que venían de Tunja, Bogotá y China los recibió dentro de su hogar, ya que buscaban un lugar de paso, y les dio a conocer conceptos como la hora loca e invitarlos a esta actividad en la cual nunca habían participado, indicaron que no sabían de lo que se perdían y pudieron irse con una experiencia y una sonrisa, algo sencillo pero una gran experiencia.
Se puede decir que Doña Consuelo ha tenido participaciones muy importantes en apuesta al cambio de la comunidad, ya que siempre se ha tomado el tiempo para escribir cartas a personas con cargos públicos para abordar problemáticas y soluciones, como lo hace en la actualidad, ya que se presenta el tema de la falta de una placa deportiva cerca de su barrio y las más cercanas son las de la Villa Niza y la del Botadero. «Quiero mucho a mi barrio, quiero mucho a Medellín, si nos permitimos cambiar la realidad no habría tantos conflictos», Doña Consuelo María Valencia Castaño.
Por Esteban Cardona Agudelo