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De la Chatarra al Post-Punk: La Evolución del Sonido Rebelde en Casa Lesmes

La música punk en Medellín ha cambiado mucho desde sus comienzos más intensos y difíciles, como muestra la historia de Casa Lesmes. Para mantenerse viva, esta música debe adaptarse a los tiempos y superar nuevos retos, sin perder su espíritu de rebeldía.

En 1996, la escena musical del punk en Medellín estaba marcada por conciertos crudos y viscerales. Canciones como Sicario de la banda La Pestilencia reflejaban la brutalidad de la época. «Mi hermano me cuenta que era un punk carnicero, la muerte era el pan de cada día y él tenía una batería de latas de cemento”. Menciona Alejandro Lesmes quien 18 años después fundaría Casa Lesmes. “En la Comuna 2, solo había cinco baterías, lo que limitaba ensayos y presentaciones, pero fomentaba la hermandad y el junte, bandas como G.P acogían muchos pelados en su casa”. Si bien musicalmente hablando no hubo muchos cambios, durante casi una década, el movimiento se consolidaba fuerte a pesar de la falta de espacios en la comuna.

Cuando nace Casa Lesmes 

Para 2010, la escena punk en el área metropolitana de Medellín estaba en auge, especialmente en Itagüí, con más conciertos, mejor equipamiento y ensayaderos. «Había chispa, ganas de hacer las cosas y compartir con los muchachos», relata Lesmes. La Casa de la Cultura de San Pío en Itagüí acogió a Lesmes en su primera presentación pues debutó con la banda “En la Mira”, en el “Tripas Fest” en noviembre de 2010. 

Aunque el sonido fue mejorando, las letras no cambiaron mucho. Los conciertos seguían siendo esenciales para descubrir nuevas bandas, ya que las plataformas digitales aún no eran tan accesibles. Se creó el “Lesmes Fest” en el 2013, aportando visibilidad al movimiento y ofreciendo espacios dentro de su comuna para escuchar música cruda y visceral.

Como resultado de la evolución del movimiento, fundó en 2014 Casa Lesmes un espacio de encuentro y ensayadero, donde acogía principalmente a grupos de punk y metal en el barrio Santa Cruz de la comuna 2.

Chatarra, Post-Punk y sus desafíos 

En 2024, 10 años después y tras la pandemia, la escena punk en Medellín ha cambiado. Los espacios disponibles se vuelven repetitivos, generando aburrimiento y menos gestión de toques. El avance tecnológico ha reducido el sonido ruidoso. «Eso es romanticismo chatarrero, pura y nítida nostalgia; si una banda suena así, es porque quiere», reflexiona Lesmes.

Lo que conlleva la creación de nuevos sonidos dándole mayor protagonismo al post-punk en Medellín. A diferencia del punk chatarra, que se centraba en una cruda expresión de la rabia, el post-punk explora una gama más amplia de sentimientos, enfocándose en la salud mental y el rol del individuo en la sociedad.  Lesmes comenta que «Si quiere saber qué está pasando en la ciudad, escuche esas nuevas propuestas, el cómo se sienten en el entorno que habitan, esa es ahora su inspiración, siguen siendo contestatarios, pero a su manera».

Debido a esto se han encontrado desafíos ante la inminente evolución de estos sonidos, el temor al cambio y la incapacidad de impactar públicos nuevos son dos problemáticas que critica Lesmes, pues, “las bandas de estilos más conservadores no se adaptan a las nuevas formas de expresión y contexto, lo que genera estancamiento al acercarse a nuevos públicos y sonidos, generando una brecha entre generaciones”. comenta el fundador de Casa Lesmes. Para formar y mantener público también hay que lograr el compromiso por parte de las bandas de trayectoria de cooperar con los  nuevos proyectos, «las bandas se necesitan profesionalizar, y para eso sirven espacios como Casa Lesmes. Si todo funciona desde el primer peldaño, todo seguirá creciendo” propone Lesmes como posibles soluciones a este fenómeno.

El papel de Casa Lesmes

Desde sus inicios, Casa Lesmes ha estado vinculada al punk, identificándose con autenticidad y sencillez. Ha brindado espacios de calidad para las bandas de su territorio y otras comunas, motivando a los artistas a sonar profesionalmente. «Si un artista se escucha profesional, eso lo motiva el doble”. Casa Lesmes ha crecido, acogiendo ritmos nuevos, no solo en el ámbito del rock, sino en estilos musicales más folclóricos, urbanos y clásicos, generando conversaciones en torno a espacios comunitarios y manifestaciones artísticas. Lesmes concluye: “Para que el punk no deje de existir, la rebeldía, la resistencia y el poder no pueden morir”.

Por Sergio Cañas

Este texto hace parte de la Edición 97 – Ser Joven. Para ver la edición completa haga clic aquí.

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