Receta compartida por Erica Muriel
Croquetas o tortas de garbanzos
El garbanzo es un grano de color amarillento, su forma puede ser semi redonda u ovalada, su textura es suave y con algunas ondulaciones. Es un alimento con muy buena proteína vegetal y se encuentra en el mercado.
Con este grano se puede preparar sopas, cremas, ensaladas, dulces y croquetas. Esta última la puedes preparar con una arepa y una taza con chocolate para el desayuno, cuando te antojes de una hamburguesa para comer en la noche, o simplemente cuando te dé por picar en el día. Es por ello que les quiero compartir cómo se preparan las croquetas de garbanzos.
Existen varias formas de preparación, pero cada receta es abierta, cada persona le aporta su toque, es decir la sazón aquella de la que hablan las abuelas.
Para nuestra preparación necesitamos:
- ½ media libra de garbanzos
- 1 Cebolla blanca
- 1 Una rama de cebolla
- 3 Hojas orégano
- 3 Cucharas de aceite
- ½ cucharadita de sal
Preparación:
Primero debes poner a remojar los garbanzos de un día para otro en abundante agua.
Al siguiente día, lavas los garbanzos y los pones en la olla pitadora con una cantidad de agua que cubra todos los garbanzos por completo, media cucharadita de sal y la rama de cebolla. La dejas pitar 20 minutos. También lo puedes hacer sin cocinar siguiendo todas las demás indicaciones.
Dejas reposar (que se enfríen) los garbanzos y luego los mueles junto con la cebollas y el orégano. Puedes usar la licuadora, eso sí, debes de agregar un poco de agua.
Cuando tengas la masa lista armas pequeñas tortas aplanadas como la carne de hamburguesa, y en una sartén, preferiblemente antiadherente, lo pones al fogón y agregas el aceite al gusto, lo dejas freír hasta que esté crocante. De esta manera tendrás unas ricas croquetas o torta de garbanzos con un mínimo de ingredientes y alta fuente de proteína vegetal.
Suspiro de garbanzos
Cuando camino por el Sinaí a eso de las 6:00 de la tarde, a mi nariz llegan unos olores que me llevan a mi infancia. Recuerdo la comida que preparaba la abuela Teresa: los frijoles con yuca, la carne frita con arepa, el pescado frito y el patacón. En el caminar por este territorio, donde se escucha el río, algunos ritmos de la costa pacífica o caribeña de Colombia, conocí un poco de la cotidianidad de Emadis Ester, una mujer alegre, siempre con una sonrisa en su rostro y buen humor. Madre de Luz y Manuel, esposa y mujer desplazada de San Pedro de Urabá, pero que consigo trae su cultura y sus tradiciones, lo único que nadie le podrá quitar. Aunque en este momento, como en muchas familias, los recursos económicos sean pocos, ella tiene una creatividad en la cocina inagotable, sabe preparar arroces, sopas y dulces con mínimos ingredientes.
En su bondad me ha compartido una infinidad de preparaciones de alimentos deliciosos, que mi paladar jamás se habría imaginado saborear. Entre receta va y receta viene me dijo: “ ajá mija y ¿tú has probado el dulce de garbanzo?, es una delicia”. Yo me quedé con la boca abierta y le dije –no, pero lo quiero probar-, a lo que ella respondió – bueno, anotá:
- 1 libra de garbanzos
- 1 Litro de leche
- ½ Panela o si prefiere azúcar
- Astillas de canela (al gusto)
Y se preparan en cinco pasos, mira pa’ vé
- Dejas remojando los garbanzos de un día pa’ otro
- Sancochas los garbanzos hasta que estén blanditos
- Los licuas con la leche
- Le echas la panela
- Lo pones a calar en el fogón con la canela a fuego lento
Cuando veas que está haciendo burbuja, expulsando pequeñas gotas del dulce los dejas 10 minutos más a fuego lento, se deja enfriar y te lo comes con galletas saladitas o tostaditas, una delicia.
Y así, tal cual como Emadis me indicó, preparé el dulce, lo disfruté y lo compartí con una de mis mejores amigas, que por mucho que lo saboreó, no adivinó de qué era. Su sabor es tan suave y cremoso que si no te dicen de qué es, no sabrás que es un suspiro de garbanzos.