Con cánticos como «queremos la paz en Villa Niza», «quiero paz, quiero amor, Villa Niza es lo mejor” o “las niñas y los niños queremos la paz”, la comunidad caminó en conmemoración por los diez años de paz que cumple este sector de nuestra comuna. El organizador de dicha marcha, Augusto Restrepo, fue el encargado de encabezarla y, junto a otros ayudantes, estimularon a los participantes a difundir el mensaje de la pasividad por las calles de Villa Niza.
A cada paso que daban, unas mujeres repartían un pequeño fragmento de Isaías 41:10 que decía: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa”.
El acto comenzó poco antes de las 7:00 p.m. La comunidad participante de la marcha, se reunió en el parque que se encuentra frente a la Iglesia La Transfiguración, cada persona con una vela que fueron encendiendo una por una. Desde allí partió la marcha, pasando por el sector de Las Rancheras, subiendo por lo que se conoce como Los Descansos, y finalizó en una tienda de esquina, donde las velas fueron pegadas junto al muro. La comunidad quiso terminar con un Padre Nuestro, tomados de la mano y luego con un abrazo a cada una de las personas que se encontraba a nuestro lado.
Sin embargo, la marcha no se limitó a la planeación que se tenía, sino más bien que obedeció a las ganas colectivas de expresar el júbilo por vivir en un barrio con paz y sin fronteras, como se pregonaba en la caminata, siguiendo así, calle arriba.
En las propias palabras del organizador, Augusto Restrepo, en la actividad se pretendía: “Sobre todo honrar mucha memoria que tenemos en este barrio, de historias negativas, de dolor y muerte, asociadas a mucha violencia que ha pasado por estas calles. Ahora podemos decir que conmemoramos una década sin guerras y lo que más queremos es que este período de entendimiento y de armonía y, por lo menos un período en que la guerra no está presente en estas calles, que dure todo lo que más pueda”
Hace diez años ya…
En el punto donde se supone que finalizaría la marcha y las velas fueron plantadas, ubicado subiendo la calle 104C, tuvo lugar un hecho que enlutó a toda la comunidad de Villa Niza, en el año 2001.
Seis jóvenes, todos ajenos al conflicto urbano que aterrorizaba las comunas de Medellín en aquel tiempo, engrosaron la interminable lista de víctimas que perecieron bajo las balas de grupos al margen de la ley que se disputaban los territorios de Villa Niza.
«Era pues perturbador porque, inclusive los grupos al margen de la ley estaban haciendo presencia, y la comunidad muy afectada no podía disfrutar de estos espacios tan bonitos que tiene este territorio” dice Carlos Enrique, llamado por sus cercanos como Caliche. De éstos siete jóvenes, el único sobreviviente y hoy, miembro de la Red de Derechos Humanos de la Comuna 2, que participó activamente de la marcha a pesar de la dificultad de tener que movilizarse en una silla de ruedas, producto de aquella época donde la violencia era el pan de cada día.
Caliche responde, también, a aquellos que no creen que Villa Niza esté viviendo una pasividad constante “Gracias a Dios vivimos en una paz que, desde hace tiempos la estábamos esperando, y hoy la estamos conmemorando”.
En el barrio Villa Niza se luchaba constantemente para no amanecer con un rastro de sangre en el pavimento. Lucha que se mantuvo desde la época del narcotráfico que tanto afectó a nuestra comuna, hasta ya entrado el nuevo milenio. “Era un campo de batalla” dice Augusto.
Artículo escrito por Alejandro Munera Rodríguez