Juiciosa, berraca y soñadora. Hábil mediocampista y referente de niñas que sueñan con ser futbolistas, Sara Vargas Marín ha desafiado la gravedad pateando balones en las lomas de Santa Cruz, ha entrenado duro al tiempo que estudiaba en el colegio y, a fuerza de perseverancia (y un poco de fortuna), llegó a competir como profesional para varios clubes de Colombia y del mundo.
“Desde que estaba chiquita pateaba balones; en ese momento, no era muy común. Hoy en día es distinto, aunque todavía nos falta mucho”, dice Sara, de 24 años y con extenso recorrido profesional que incluye la Selección Antioquia y seis clubes de Colombia y del exterior.
En esta entrevista con Mi Comuna 2, la futbolista paisa surgida en la Zona Nororiental habla sobre sus inicios, los sacrificios que debió realizar y los prejuicios que debió vencer siendo una niña apasionada por el fútbol.
¿Cuál es tu primer recuerdo pateando un balón?
Desde siempre… Diría que desde que estaba muy chiquita en el colegio [Arzobispo García]. Estaba como en 4° o 5° y en ese momento no era muy normal que las mujeres patearan un balón. Recuerdo que yo tenía mi jumper y no me importaban los comentarios de afuera.
A tu manera de ver, ¿ha evolucionado el fútbol femenino en estos aspectos?
Hemos avanzado mucho, hemos dado pasos fuertes en el fútbol femenino en Colombia, se ve de manera más seria. Aunque todavía nos falta mucho, los que deberían encargarse de que esto vaya mejor no lo están haciendo, pero los niños y niñas y la gente sí.
Pero, ¿crees que hoy día le sucedería lo mismo a una niña como te sucedió a ti?
Siento que es distinto, a mí un profe me apoyó en su momento. Pero hoy sí uno ve en los colegios y en las calles muchas niñas jugando fútbol. La gente ya puede verlas como los ídolos de la tele.
¿Cuándo te diste cuenta que tenías nivel para competir?
Cuando estudiaba en el colegio, participé en un torneo que realizó la marca Nosotras. Y después me sucedió algo particular: iba en el metro y una persona me vio con un uniforme y me dijo ‘ve, ¿te gusta jugar fútbol?’ Le dije que sí… Resulta que era un entrenador de un club formativo que se llama Club Deportivo Nuevo Milenio (en Moravia). Esa fue como mi casa, ese club le debo muchísimo. El entrenador Carlos Alfredo Taborda es como mi papá del fútbol.
¿Y cómo hacía en ese entonces con los estudios?
Tenía como 14 o 15 años, aparte del fútbol estudiaba en el colegio, terminaba mis tareas y me iba a entrenar. Y terminaba de entrenar y estudiaba. Gracias a Dios se me dio la oportunidad, a los 17 fue que pude estar en el primer equipo profesional y empezar a tener un ingreso por parte del fútbol.
¿Cuáles fueron los sacrificios que tuvo que hacer?
Siempre estuve jugando fuera de la ciudad. Al inicio, pues era normal la distancia (con la familia). Es algo nuevo, pero realmente nunca lo vi como sacrificio porque lo vi como algo que me gustaba. Y en cuanto a las cosas que uno deja de hacer como deportista, como decir salir a tomar y esas cosas, eso a mí como persona no me gusta, entonces no fueron sacrificios porque por naturaleza yo no lo hacía. Más que sacrificio lo vi por el lado de ganar experiencia.
Entonces, ¿Qué aprendizajes tuvo en este recorrido por clubes de Colombia y de fuera?
Como deportista tengo la capacidad de adaptarme fácilmente al cambio. He pasado por diferentes equipos y sus culturas. Tanto deportivamente como en relaciones interpersonales se manejan situaciones muy diferentes. Pero ha sido fácil la capacidad al cambio del entorno en el que estoy.
Después de jugar en varios clubes, ¿Cuál es tu próximo sueño?
Mi objetivo más importante es llegar a una convocatoria a la Selección Colombia.
Pero, más allá de cualquier objetivo de ser campeona con mi club, mi objetivo es ser referente e inspiración a futuro para niñas y niños que quieran llegar a ser futbolistas profesionales, vista como alguien que luchó hasta el final por conseguir sus sueños y por más obstáculos que hubo en el camino no se dio por vencida.
Por Santiago Peluffo Soneyra
Este texto hace parte de la Edición 97 – Ser Joven. Para ver la edición completa haga clic aquí.