Mi Comuna Dos Periódico Comunitario
En pleno siglo XXI hablar del posicionamiento de las mujeres jóvenes en espacios públicos y privados aún genera desafíos, ya que las luchas encabezadas por ellas con la intención de conseguir la equidad de género, se ha reflejado como una exageración, capricho e incluso odio en contra de los hombres, lo que ha generado que se estigmatice el sueño de un mundo más justo y equitativo para las mujeres.
Uno de los desafíos es que en muchos espacios en que participan, o les gustaría participar, se sienten agredidas o con miedo de expresar su pensamiento, de alzar su voz porque siempre habrá alguien que diga “Yo no soy machista, pero las mujeres también golpean a los hombres” “Yo no soy machista pero por eso las violan, por vestirse de esa manera o salir a esa hora” y es con expresiones y prácticas de este nivel que se lucha cada día.
Sin embargo, las mujeres jóvenes han buscado formas de materializar toda su digna rabia desde las diferentes líneas del arte, que acompañado de su liderazgo van por la vida poniendo en evidencia las creencias tradicionales, discursos y prácticas patriarcales, las cuales son responsables de ir acabando con sus vidas.
Para ellas no ha sido fácil el reconocimiento porque ya en algunos espacios la misoginia, el lenguaje sexista y prácticas adultocéntricas se han empeñado fuertemente en querer eliminar la participación de las mujeres, pero son más las ansias de transformación de esas prácticas violentas que solo han apagado sueños e incluso vidas. Como se reflejó en el comunicado que se difundió el 8 de marzo dentro de la movilización, en el 2020 se presentaron 630 feminicidios de los cuales en Antioquia se registraron 113, siendo el departamento más afectado.
Esto se convierte en una justa razón para que las mujeres jóvenes se empoderen y marchen por sus derechos como se evidenció el pasado 8 de marzo en la ciudad de Medellín, donde las calles se vistieron de morado, verde y arte. Buscando no celebrar el “día de la mujer” sino conmemorar y demostrar que en medio de la tristeza ante esta ola feminicida las mujeres se juntan para defender la vida, exigir en un solo grito que paren las violencias hacia todas, donde prima el cuidado con y por la otra; rompiendo con el imaginario de quienes dicen que las mujeres son rivales o que por el hecho de ser mujeres deben ser madres, reconociendo que son mujeres diversas desde todo punto de vista. Son esas otras formas de generar acciones que reflejan el malestar por el que cotidianamente pasan las mujeres, donde para algunas el panorama aún es desalentador.
Es por ello que el activismo se ha vuelto importante para las mujeres ya que les ha permitido reconocer las violencias de las que son víctimas y trabajar en pro de la eliminación de las mismas, deconstruir prácticas y discursos cotidianos de relacionamiento, incluso sobre el amor romántico, permitiéndose otras formas de ser mujer y cuestionar el ser hombres dentro de una sociedad brutalmente patriarcal con el fin de que en algún momento de la historia las mujeres y los hombres se permitan construir una cultura en la que se compartan los quehaceres cotidianos, poder transitar con tranquilidad, incidir en espacios sin obstáculos y posicionar en el lenguaje y la acción, la equidad de género.
Escrito por el programa Mujeres, Gobernanza y Cultura de Paz Corporación Con-Vivamos
