El grafiti es una expresión urbana que se ha tomado las calles del mundo. En Medellín varios jóvenes lo acogen como un estilo de vida y hacen un llamado a valorar y respetar su arte.
La historia del Grafiti se remonta a la Ciudad de Nueva York, cuando en los años 60 varios jóvenes marcaban sus seudónimos o apodos combinado al número de las calles de donde vivían. Uno de los primeros artistas de grafiti firmaba TAKI 183, su nombre verdadero era Demetrius, un joven Griego que trabajaba como mensajero y pintaba su firma en todos los sitios donde entregaba documentos y paquetes.
Su estilo novedoso hizo que muchos jóvenes empezaran a imitar y a buscar sitios cada vez más difíciles y llamativos para dejar su firma. Con el paso de los años se ha ido evolucionando la técnica del grafiti hasta llegar a convertirlo en un arte urbano. Hoy, es uno de los elementos que conforman la cultura Hip-Hop en el mundo.
En Medellín, recientemente se identifican diferentes expresiones de grafiti por medio de jóvenes que irrumpen el gris del cemento para darle vida a los muros de contención y columnas de puentes, los cuales embellecen con su arte.
Varios jóvenes de la Comuna 2 se dedican a este arte urbano y plasman en muros de la ciudad su inspiración, una literatura hecha imagen para atrapar las personas en su magia de colores y dejarles el reto de descifrar su mensaje.
El grafiti, un estilo de vida.
Sebastián Suárez y Alejando Jaramillo, desde el 2011 se dedican al arte del grafiti. Viven en el barrio Andalucía y comenzaron “rayando” los muros de su cuadra con latas de aerosol, pero no realizaban dibujos o grafitis concretos. Con el tiempo comenzaron a perfeccionar su técnica y ahora crean estilos como Character, Wild Style y un poco de Orgánico.
Alejando Jaramillo ha escogido realizar grafitis porque “siento que me libero, es como un escape de todo, uno pinta, se divierte y enseña algo, la idea es dejar una enseñanza. No es simplemente pintar el muro, mi objetivo es dejar un mensaje en las personas y la satisfacción de poner mi huella”
Para Sebastián Suárez “El grafiti no es solo coger un aerosol y hacer cualquier cosa, he tenido muchos errores, pero borro, intento de nuevo, imagino, se trata de flotar en el grafiti. Las personas deben entender que no es fácil y que esto para nosotros es un estilo de vida”. Sebastián siente gran satisfacción cuando las personas admiran los trabajos que han realizado, aunque en algunos sitios no han valorado su arte y rápidamente se los borran.
Andrés Valencia, coordinador del grupo Grafiti de la 5 expresó “invitamos a entender y ver el grafiti como una opción de vida, tanto para el joven que quiere ser artista y dedicar su vida a él, como para el joven que simplemente quiere expresarse. Es entender que el grafiti fortalece la creatividad, la capacidad comunicativa, la capacidad gráfica y lo más importante, abre un espacio para que las personas se expresen” precisó
De esta manera, los jóvenes grafiteros de la ciudad continúan uniendo esfuerzos para que las personas puedan valorar y respetar su arte, dignificándolo como parte del paisaje urbano de Medellín.