La paz es el valor más importante al que la sociedad aspira llegar, y como tal, es de interés institucional.
Hoy, el Estado Colombiano y las diferentes guerrillas buscan acercarse para dejar de lado el conflicto interno, que ha desangrado el país aproximadamente medio siglo, con el fin de encontrar una solución política y soñar con la anhelada paz; que además de ser una meta y un objetivo planteado en el preámbulo y el artículo 2 de la Carta Política, que establece como fin del Estado “asegurar la convivencia pacífica”, y, como tal nos vincula y nos hace acreedores de derechos. Sin embargo, también es un deber como ciudadanos “propender el logro y mantenimiento de la paz”, tal como lo indica el artículo 95 de nuestra constitución, es decir, la paz, es un derecho que podemos exigir, pero también es un deber promoverla y mantenerla.
Sin embargo, ¿Cuál es el tipo de paz que debemos exigir los colombianos? Según Johan Galtung, la paz no es solo un concepto que abarca la ausencia de guerra, esto es, lo que se conoce como paz negativa, que es aquella que solo se limita al silencio de los fusiles sin proponer cambios de fondo, sino al contrario, la paz implica ser partícipes y activistas de una positiva, es decir, construida desde la equidad de las personas, que cimiente todos los lazos de la sociedad dentro de un marco justo, el cual nos permita alcanzar lo utópico.
Kant era un convencido que para una paz perpetua se debe pasar por dos etapas: “la primera, respecta en poner límites a la guerra a través de ciertas reglas o leyes, con el fin de ir estrechando el espacio a la posible legitimación del recurso bélico; y la segunda, es la que corresponde, realmente, a la construcción de la paz”. Ahora bien, ¿por qué es importante la paz en Colombia? En primer lugar, porque con ella se garantiza la convivencia pacífica, el desarrollo de las libertades democráticas, entre ellas, la libertad de culto, de pensamiento, de profesión; así mismo, se garantiza el derecho más importante de una sociedad democrática y que se califique justa: la vida.
Sin embargo es importante que en el Estado, las guerrillas y los ciudadanos, exista la voluntad real y política de ponerle fin al conflicto que padece el país. Esto significa que para lograr la paz, en primer lugar, debe disminuirse el presupuesto para defensa e invertir en áreas que representen oportunidades reales y materiales para que sus habitantes estén alejados del conflicto, tales como educación, acceso a la salud, distribución de la riqueza, etc; también propiciarse un lenguaje para la paz y no para la guerra, como a veces parece indicar el mensaje institucional; además, garantizar el pensamiento alternativo político y no la satanización de este; en cuarto lugar, disminuir paulatinamente las acciones militares, el respeto a la población civil y al Derecho Internacional Humanitario (DIH), buscar el Cese al fuego bilateral que haga ver en la población que existen gestos de paz; Por último, no ser indiferentes ante la ilegalidad que asoma descaradamente en nuestros barrios y pasar por entero como algo natural.
En fin, la paz va más allá que el simbolismo de la firma de las partes en conflicto, de la aceptación por parte de la ciudadanía y del silencio de los fusiles; al contrario, requiere de cambios estructurales y de fondo que eviten futuras oportunidades de caer en guerra.
Vox Pop
¿Considera que solo basta la firma del acuerdo para alcanzar la paz?
“Lo considero negativo, porque en 50 años de conflicto se han llevado a cabo intentos de acuerdo con la guerrilla y no ha sido posible darle solución al mismo; además, mientras la guerrilla habla de voluntad de paz, cada vez, demuestra lo contrario con los constantes ataques a la población y la infraestructura. Por último, considero, que hace falta más voluntad política de la insurgencia; y que al Estado le hace falta ‘amarrarse los pantalones’, para encontrar la salida al conflicto”.
Fabio Silva
“Considero que no solo basta la firma, ya que el único actor armado en el conflicto no ha sido la guerrilla, porque así exista una desmovilización de la insurgencia, estas pueden delinquir en las ciudades y esto puede ser contraproducente, porque habrá más grupos armados en el área urbana, buscando controlar los territorios. Además, se necesitan otras reformas para alcanzar la paz, como equidad para el acceso al trabajo, tanto como jóvenes como para adultos, ya que es triste ser viejo a los 35 años para trabajar y a los 60, ser joven para recibir una pensión. No solo basta la desmovilización para alcanzar la paz”.
Jessica Arias
“Considero que no, porque el conflicto realmente se ha agudizado con la existencia del narcotráfico y el mismo Estado, en ocasiones, se encuentra involucrado en la ilegalidad. Además, el Estado, que es quien tiene el poder, también debe dar ejemplo con sus buenas acciones para que los habitantes tengamos pautas de buen comportamiento, ya que para algunos servidores es beneficioso vivir en la corrupción”.
Por Juan Esteban Gómez