El mundo de los adultos no entiende por qué comprar una gorra New Era de 400.000 pesos, ¿por qué destinaría un joven con pocos ingresos gran parte de su dinero para comprarse “la pinta”? Existe hoy una confrontación entre los deseos de los jóvenes, sus consumos y la exigencias de “vestir bien”.
De manera particular la ciudad de Medellín fue un laboratorio de expresiones e identidades que surgieron en torno al arte, la música, de ahí se produce para el mundo la figura del “Nea”, una persona estereotipada como delincuente, barrio bajo, de poca educación, y el mercado con la moda y la música se apropió y les devolvió como modelos de ostentación, es decir de demostración de lo que se puede vestir y ser.
Quien viste como Nea encarna y juega con los miedos y el estigma de una sociedad que no entiende las expresiones juveniles de la ciudad, pues quien es Nea rompe la exigencia de discrecionalidad, la que implica el uso colores neutros, y asumir la formalidad de la música a bajo volumen, expresa una identidad a través de su caminar, el habla, la gesticulación y por supuesto la vestimenta. Ser Nea es “tuNEArse”, acicalarse, ser visible, usar colores y gafas extravagantes, continúa Sebastián; “para mi un Nea viste ropa rota, camisas largas, oversize, aretas, pelos parados, gorras y camisetas de equipos de fútbol”.
¿Quién es Nea?
Para Luz Stella Castañeda en el libro Diccionario de parlache, “Nea” es un acortamiento del insulto gonorrea, “una forma de tratamiento que empezó usándose en los colegios de clase alta y ya es de uso general”. Aunque se ha popularizado el Nea como expresión y como identidad juvenil, apareciendo en canciones, y conversaciones online, quienes siguen ocupando el lugar del Nea estigmatizado, como persona falta de control, de dudosos principios son los jóvenes de los barrios populares de Medellín, ellos asumen las presiones de acceder a los productos que vende la música, los deportes, la tecnología y las fiestas, estas presiones son reales y concretas en la vida cotidiana, en las relaciones de los jóvenes con el mundo y en su autopercepción.
El Nea de barrio popular ha terminado siendo un Nea pirata, pues su vestimenta es pirata, comprada en el centro de la ciudad de Medellín bajo la categoría de AA (doble A) y AAA (triple A), es quien no alcanza a acceder y comprar las mercancías de las marcas deseadas, y a su vez no alcanza a ser el más fuerte, el más admirable, el que viste mejor, pues en el acceso y la selección de lo que viste se juega el lugar en los espacios de pares.
¿Dónde se suministra el Nea pirata? Para John, un joven de 20 años que vive en Belencito, el lugar predilecto para comprar su ropa es El Hueco, sector estratégico de la ciudad de Medellín para el “rebusque” de las pintas. Para John como para Juan Diego, de 21 años, lo más importante a la hora de vestir es suplir los gustos, el presupuesto y la comodidad. También lo expresa Miguel Ángel de 17 años: “cuando visto con jean me siento reprimido”, pues “sentirse cómodo es lo primero”. Ser Nea es estar cómodo y ser ostentoso, ser visible, de ahí que “las prendas en las que más invierto son las camisas y los zapatos, y las más económicas son las que no se ven”.
¿Qué importancia tiene para usted la vestimenta? ¿Qué considera que es vestir Nea? ¿Usaría usted ropa Nea? Respóndenos a través de una historia y etiquétanos @micomuna2
Por Valentina Montoya Vallejo
Este texto hace parte de la Edición 97 – Ser Joven. Para ver la edición completa haga clic aquí.