Mi Comuna Dos Periódico Comunitario
La importancia de semilleros culturales en Medellín se hace manifiesta cuando de ellos se materializan proyectos sostenibles integrados por jóvenes comprometidos con una formación integral y crecimiento cultural. Así, lo que para un equipo de fútbol son sus divisiones inferiores, son los semilleros para las corporaciones culturales.
El grupo de danza Ritmo Joven, de la Corporación Picacho Con Futuro, fue creado hace seis años con el objetivo de “bailar para la comunidad y por la comunidad”. Tienen su sede en la parte más alta de la Comuna 6 Doce de Octubre, a los pies del cerro donde se encuentra erguido el Cristo que ha visto con el paso de los años el progreso de su sector, así como la creación de diversas expresiones artísticas y culturales.
Con cerca de doscientos mil habitantes, es una de las comunas de la capital antioqueña más diversas y dinámicas en materia cultural según cuenta Carlos David Álvarez Miranda, integrante y tallerista del grupo. Es por ello que considera el apoyo desde la Alcaldía de Medellín de suma importancia: “Porque es lo que más representa a Medellín: la cultura, el arte y es lo que sostiene y aporta a la ciudad. Cuando se hacen los intercambios de saberes, eventos de ciudad, lo veo genial”.
Ritmo Joven inició su proceso liderado entonces por la profesora Diana Suárez, de la Corporación Artística Matices, del barrio Castilla. Sin embargo, tras seis años de camino, no cuentan hoy con un maestro o maestra en danza con formación académica; el condicionamiento económico no ha permitido tener en el momento un titular fijo que acompañe el juicioso crecimiento artístico que llevan Carlos David y sus compañeros de danza. En ese sentido, el joven considera que si bien bailan porque les gusta y lo disfrutan “sería bueno como artistas tener una remuneración por la labor y aporte a la cultura de la comuna”.
Miranda Álvarez, de 23 años, se encarga hoy de la organización de los ensayos de baile y la formación en los talleres de los nuevos integrantes gracias al intercambio de saberes que adquirió tras compartir con diferentes profesores y agrupaciones. En la preparación de las clases integran lo práctico y lo académico: “De dónde es, por qué, cómo es. Vamos conociendo para que la gente sepa qué es lo que está bailando y que se tenga conciencia de lo que se hace”.
El grupo ha experimentado diversos ritmos. Entre los más nuevos están el rock and roll y baile de salón pero su fortaleza se encuentra en el folclor colombiano de la costa caribe con la cumbia, tambora, fandango, variables del porro entre otros; también parte de la costa pacífica, porro chocoano, abozao, currulao y más; en la región de los Andes danzan el jaleo, pasillo, redova, carranga, bambuco. Y la lista sigue, demostrando la conexión de Ritmo Joven por lo autóctono.
Se han dado a conocer, principalmente, con el voz a voz, de ahí en más, el talento hizo lo suyo. De esta forma han tenido presentaciones con la Alcaldía de Medellín, el Teatro Lido, entidades como Comfama, Comfenalco e intercambio de saberes con otros grupos de la ciudad.
En lo que va del 2021 llevan dos presentaciones, mientras la tercera será este sábado 20 de marzo en la Casa para el Encuentro Eduardo Galeano, dentro de la programación de la VI Fiesta de la Utopía.
Carlos aprovecha para invitar a los lectores a acercarse a la danza: “Hagan lo que les gusta. No se sientan oprimidos sino como en forma de reconocer lo que es Colombia. Al bailar un bambuco, un porro estamos mostrando lo que es Colombia”.
Por Miller Rivera Rodríguez
