Mi Comuna Dos Periódico Comunitario
Los espacios de debate y opinión son fundamentales en una sociedad para comprender cómo se comporta una población frente a temas de interés común y sobre todo conocer cómo esa colectividad piensa, qué diferencias ideológicas pueden presentar y cuáles son las necesidades que ellos tienen para contribuir a una transformación; todo esto mencionado cuando un numeroso grupo de personas concuerda, genera movilizaciones sociales como un derecho a la libertad de expresarse y libre movilización.
Con el arribo del internet y posteriormente de los diferentes medios digitales, se ha posibilitado a las personas tener una mayor libertad de expresión y activismo en línea y esto, ha sido aprovechado para crear un nuevo modelo de movilización en pro o en contra de diferentes acontecimientos que se presentan en la sociedad por su capacidad de propagación, difusión y expansión.
Si mencionamos opinión pública a través de lo digital nos debemos referir al ciberactivismo, una definición que ha entrado últimamente al vocabulario de las movilizaciones masivas y que ya es denominado como un fenómeno social, pues genera y fomenta la participación colectiva y política permitiendo diferentes maneras de discusión, planteamiento de temas para sugerir soluciones, intercambio de información y uno de los más importantes, por la inmediatez que hoy tiene la comunicación, es el traslado de estos foros hacía lo físico: las protestas sociales.
Una de las primeras causas que fueron suscitadas a través de internet donde la población masivamente tenía una lucha en común: exigir democracia y derechos, fue en la llamada “primavera árabe” (2010-2013) que consistió en una serie de manifestaciones populares y políticas en los países de oriente medio en la cual, una de sus consecuencias, fueron los derrocamientos de las dictaduras Ben Ali (Túnez) y Hosni Mubarak (Egipto). Ya que allá no existía la libertad de prensa y los diferentes medios no visibilizaban las represiones a las que fueron sometidas las personas presentes en las calles protestando, los manifestantes publicaban fotografías y videos a través de las diferentes redes digitales para denunciar las conductas violentas de la fuerza pública y también para convocar a diferentes manifestaciones y hacer masiva la protesta.
A finales de 2019 en América Latina se desata una ola de marchas donde la ciudadanía se tomó las calles en gran masa por causa de descontentos de la población hacia sus dirigentes políticos gracias a la inconformidad y frustración hacia ellos, cada país tuvo un motivo diferente en aquellas movilizaciones, pero con una atribución en común: la desigualdad y la corrupción. Es ahí donde los medios de comunicación tradicionales fueron puestos en tela de juicio, tanto su credibilidad como veracidad, los medios sociales digitales fueron esos canales de comunicación donde las personas que estaban presentes en el lugar de los hechos o tenían conocimiento a base de pruebas, fueron las principales fuentes noticiosas con los cibernautas, donde desmentían o trataban de contrarrestar esas versiones oficiales, las redes sociales jugaron el papel principal de participación ciudadana a través de la información de los hechos y sobre todo, a convocar personas por una lucha en común.
Aunque la inmediatez de la información es una ventaja para convocar, generar debates, conocer en tiempo real lo que sucede en nuestro entorno, tiene desventajas marcadas como lo son la reproducción de noticias falsas, esto lleva, como consecuencia, a la desinformación que se convierte en una problemática, puesto que la información veraz es un derecho fundamental para las personas, para estar al tanto y poder discernir entre sus opiniones y decisiones sin afectar al individuo su objetividad sobre los hechos.
Por Fernando Garcés Castrillón
