Llueve en el barrio La Francia, Comuna 2, nororiente de Medellín, sin embargo, eso no es impedimento para que habitantes del barrio lleguen al salón social a conversar en el Día Naranja.
Doña Gloria Corrales (residente de la Comuna 2) —«Yo me acuerdo mucho del padre que nos ayudó tanto, él fue uno de los fundadores prácticamente y nos dio la casa donde ahora vivimos».
Christian Álvarez (integrante del periódico Mi Comuna 2) —«Pero, pase aquí adelante y nos cuenta con el micrófono».
Gracias a doña Gloria, quien da el primer paso, otras personas se animan a contar sus recuerdos del barrio, las problemáticas como el desplazamiento, violencia, desaparición forzada, desalojos, accidentes en las quebradas y cambios que han visto con el pasar de los años.
En la Comuna 2 había un problema: no existía un medio de comunicación que permitiera la construcción de la memoria y la consolidación de todas esas historias. Con el deseo de resolverlo el equipo del periódico Mi Comuna 2 creó, en 2015, el Día Naranja haciendo el consejo de redacción del periódico en los barrios, con niños, niñas, adolescentes y personas mayores, porque todos y todas tienen algo por decir y aportar.
El primer Día Naranja fue en el sector de El Sinaí. Fue un día retador porque, como lo asegura la entonces directora del periódico Mi Comuna 2, Marcela Londoño Ríos, iban con más miedos que expectativas. «La gente asociaba las actividades para la niñez, entonces pusimos un mural en un sector estratégico para que pusieran las ideas, salimos con las cámaras a recorrer el territorio y visitamos puerta a puerta para que las personas reconocieran este ejercicio periodístico», expuso la exdirectora.
A la fecha ya han tenido 22 días naranja; han evolucionado y ahora incluyen talleres de escritura y lectura, programa de radio, periódico mural, perifoneo con personajes culturales y reportería en las casas. Como dice Christian Álvarez: «el periódico comienza en la puerta de la casa y termina en la puerta de la casa».
De esos ejercicios han surgido temas para el periódico, como: barrios por la vida, análisis de problemáticas, entre ellas la del espacio público, talentos de la comuna destacados en todo el país, expresiones culturales y juveniles, entre otros.
«Para construir memoria en la comunidad, recomendamos siempre salir de la zona de confort, arriesgarse a invitar a las y los habitantes a actividades culturales y de comunicación, evaluar y seguir ajustando para encontrar la manera de escucharlas e ir consolidando documentos de memoria comunitaria», aconseja Christian.
Que en esta dinámica sea posible hacer memoria es una certeza que motiva a la comunidad a reunirse en torno a la pregunta de cómo se imaginan la portada de un periódico y de paso, satisfacer la necesidad de escucha de las y los habitantes sobre sus recuerdos y denuncias.
¿Por qué es importante un consejo de redacción para la creación de memoria comunitaria?
- Permite el encuentro intergeneracional.
- La memoria propicia la apropiación territorial, la identidad barrial y comunitaria.
- El periódico como un proceso de memoria y construcción de ciudad que debe cuidarse para garantizar su permanencia.
El ABC de la solución
Si trabajas en un medio comunitario y quieres incentivar la participación de la comunidad en los procesos, y de paso construir la memoria, aquí te ofrecemos ideas para lograrlo:
- Infórmate acerca de la historia de la comuna.
- Haz una planeación de las actividades.
- Convoca con antelación los encuentros.
- Asocia las historias que te van contando para crear mayor empatía y un diálogo cercano.
- Consolida los recuerdos y las historias en documentos digitales, bitácoras, entre otros formatos.
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Este texto hace parte de la Edición 98 – Hagamos un acuerdo, ¡Cuidemos la Vida!
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