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El Cannabis en Colombia: Un Viaje de Regulación y Desafíos

La regulación del cannabis en Colombia ha sido un tema de constante evolución y debate. Desde la Ley 30 de 1986, también conocida como el Estatuto Nacional de Estupefacientes, que permitió la posesión de una dosis personal de hasta 20 gramos, hasta los recientes intentos de legalizar su uso recreativo, el país ha recorrido un largo camino en su enfoque hacia esta planta.

Evolución Legislativa en Colombia

A finales del siglo XX la regulación de los estupefacientes dio un vuelco a la política colombiana, la Ley 30 de 1986 sentó las bases para la regulación del consumo de drogas en Colombia, permitiendo la posesión de una dosis personal de cannabis y la Sentencia C-221 despenalizó, por primera vez, el consumo de la dosis personal. Sin embargo, fue la Ley 1787 de 2016 la que marcó un hito al regular el uso medicinal y científico del cannabis, permitiendo su cultivo, producción y comercialización con fines terapéuticos.

En 2017, el Decreto 613 reglamentó esta ley, especificando los requisitos para obtener licencias de cultivo y producción de cannabis medicinal. Más recientemente, la Resolución 227 de 2022 permitió el uso industrial del cannabis en alimentos, bebidas y textiles, siempre que no contengan componentes psicoactivos.

A pesar de estos avances, el Congreso de la República ha rechazado repetidamente los proyectos de ley que buscan legalizar el uso recreativo del cannabis. En diciembre de 2023, una reforma constitucional que buscaba despenalizar la comercialización de marihuana recreativa fue archivada por quinta vez, bajo los argumentos de la oposición que se fundamentan en la criminalización y la estigmatización de los consumidores de cannabis, lo que va en contra del derecho al libre desarrollo de la personalidad. En el debate se enfrentaban, a grandes rasgos, dos opiniones frente al consumo recreativo: por un lado, los proponentes de la reforma afirmaban que “La decisión que se ha tomado aquí (en el Congreso) significa dejarles los parques a los jíbaros y a los narcos y que los jóvenes estén expuestos a la criminalidad […] Ustedes (los opositores) van en contra de la constitución. Esto es un acto de cinismo, dicen defender a los jóvenes, a las familias, pero les han entregado los recursos a los narcos para fortalecer a las mafias”. Mientras que los opositores argumentan que en Colombia hay que superar la cultura de las drogas y se debe proteger a la familia y a la niñez de esta. 

Por último el Decreto 2114 de 2023, tiene como objetivo principal no criminalizar el porte y consumo de la dosis mínima de drogas. Esto significa que las autoridades ya no impondrán multas ni medidas correctivas por el porte y consumo de pequeñas cantidades de estupefacientes destinadas únicamente al uso personal. Este decreto busca orientar los esfuerzos institucionales hacia la lucha contra las organizaciones criminales dedicadas al microtráfico y narcotráfico, en lugar de enfocarse en individuos que llevan pequeñas cantidades para su propio consumo.

Frente a este tema, la lucha por la legalización del cannabis es un proceso que apenas está iniciando, teniendo en cuenta los precedentes en América Latina, se busca descriminalizar el consumo de esta sustancia, al consumidor y a los cultivadores y productores del país. También se busca establecer una industria fuerte que genere grandes ingresos en términos de impuestos. Además, se pretende implementar políticas de educación y prevención para reducir los riesgos asociados al consumo y promover un uso responsable. Esto incluye programas de concienciación y tratamiento para quienes desarrollen problemas de adicción, así como la regulación estricta de la calidad y distribución del cannabis, asegurando que sea accesible únicamente a adultos y minimizando su impacto en la juventud.

Situación en América Latina: En el contexto latinoamericano, Colombia se destaca por su avanzada legislación en el uso medicinal del cannabis. Países como Argentina, Chile, México, Paraguay y Uruguay también han regulado el cannabis medicinal, mientras que Uruguay fue el primero en legalizar el cannabis en todas sus formas en 2013. Según el diario La República, “En Uruguay ya hay 36.956 clientes para este mercado, 7.224 cultivadores caseros y 3.900 personas son miembros de 125 clubes de cannabis donde se permite el cultivo colectivo”. Lo que muestra un gran atractivo para los demás países a la hora de hablar de recaudo, impuestos y creación de empresa local.

Por Felipe Machado

Este texto hace parte de la Edición 98 – Hagamos un acuerdo, ¡Cuidemos la Vida!
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