Las juventudes han encontrado en la virtualidad un lugar para ser e incluso hacer en formas diversas y complejas. Un espacio para el activismo, la participación y las reivindicaciones propias que en muchas ocasiones no han tenido cabida en el espacio físico, llámese casa, barrio, ciudad o país. Por eso las redes han tomado importancia, pues por más lejos que te encuentres, con internet, un hashtag, y algo de trabajo para viralizarlo, puedes poner al mundo a hablar o actuar frente a cualquier tema.
Camila Gil, en redes @Laamicamilagil, es una joven, antropóloga y activista digital, y explica que las redes son “una extensión de la realidad y es el escenario donde gran parte de las personas están habitando” Y añade que a pesar que las redes privilegian el contenido gracioso o de entretenimiento también “…se convierten en un espacio para tomarse y dar mensajes (sociales) por lo que implica en términos de su masificación”.
En la misma línea, Gabriela Casseres Russo, o conocida en redes como @microfonoafro, una joven creadora de contenido sobre temas de antirracismo, cultura y afrofeminismo; dice que “En temas afro y afrofeminismo las redes han sido un mecanismo muy importante para tener voz”. Y tener voz, en un país que aún privilegia los discursos racistas, clasistas y sexistas reproducidos por las esferas más altas del poder, toma relevancia, pues, si algo no le gusta al poder es que tengamos voz y que, además, esta sea publicitada, reproducida, compartida o en palabras del ciberespacio viralizadas. Muestra de eso, son los discursos racistas y los ataques a los que constantemente ha sido expuesta la vicepresidente Francia Márquez que incluso han terminado en denuncias y condenas nacionales e internacionales, favorables para la vicepresidenta.
Y es que ambas, desde sus propuestas, aportan a generar grandes cambios. Camila con el acompañamiento a organizaciones que generan gran impacto territorial ayudando a que este se dé también en la virtualidad y Gabriela dándole “una perspectiva diferente a habitar el cuerpo de una mujer negra” convirtiendo esto en contenido educativo para muchas personas y de alguna manera combate el racismo que aún persiste en el país.
Romper la censura: Ese es el reto
Por otro lado, Camila y Gabriela nos advierten grandes retos, el principal tiene que ver con la visibilidad que en la actualidad redes como Instagram está dando al contenido social o catalogados por la empresa META como “contenido político”. Hablar sobre esto y que tenga un alcance deseado cada vez es más difícil: “Hablar de temas como género o hacer uso de palabras como feminismo o violencias o denuncias, son palabras que son censuradas en las redes “…el reto es ese, romper esa censura que hay en muchos temas que son necesarios hablar”, dice Camila.
Gabriela también expresa que ser influencer en estos temas es más complicado y “a las marcas no les interesa trabajar con alguien que tenga un pensamiento político y sea activista frente a una problemática social y estructural”. También los comentarios que reciben (son un reto), pues este contenido constantemente está siendo “funado” o rechazado por algunos sectores. Aunque el activismo en las redes y en general en la internet tiene grandes retos, hoy es un mecanismo legítimo para que las juventudes exijan, denuncien y expresen su opinión.
El uso de las redes sociales o la internet, para el ejercicio de causas ciudadanas y sociales, no es nuevo, así lo demuestran casos de alcance nacional y mundial como: Ocuppy Wall Street – OWS en 2011, que promovió ocupar el espacio público y ejercer la democracia directa en las ciudades del mundo; también #MeToo en 2017 que puso al mundo a hablar de violencias basadas en género e incentivó denuncias masivas por redes; o, un caso más cercano es #NosEstánMatando durante el paro nacional de 2021 que permitió denunciar abusos de la policía en todas las ciudades de Colombia. Sin embargo, estos casos también demuestran que las acciones virtuales adquieren una mayor potencia cuando trascienden al escenario físico y de exigencia pública.
Por otra parte, la propuesta de Camila y Gabriela también permite ver que en las redes no es necesario grandes agremiaciones, desde lo individual se milita y se genera movimiento y cambios en la sociedad.
Por Christian Álvarez López
Este texto hace parte de la Edición 97 – Ser Joven. Para ver la edición completa haga clic aquí.