Mi Comuna Dos Periódico Comunitario
Para conocer a La Matuna Grupo Musical, comprender su concepto sonoro, así como su laboratorio de música afrocolombianas – como ellos se definen-, se debe ir atrás en el tiempo, hasta el siglo XVII, cuando Matuna era el primer palenque de Colombia no lejos de Cartagena, una aldea que servía de refugio para la población de cimarrones en aquella época que resistía ante esclavitud española.
Más de 400 años después, en 2015, se crea en el municipio de Bello La Matuna Grupo Musical por Luisa Fernanda Londoño -que ya no acompaña el conjunto- y Santiago Rodríguez, actual percusionista y director musical. Ambos, después de hacer parte de diferentes experiencias musicales, deciden iniciar su propio proyecto sonoro con: bullerengue, percusión, tamboras, fandango, chalupa. La inspiración para el nombre provino de la investigación sobre la resistencia de las comunidades afrocolombianas, dice Alexandra Duque Torres, la maraquera del grupo y quien acompaña como voz principal y coros.
“El encontrar la historia de este palenque (Matuna) antes de San Basilio, fue algo muy simbólico. Entonces como jóvenes contemporáneos comenzamos a apropiarnos de esa otra parte de la historia”. La inspiración sonora deriva de su trayectoria, cuenta Alexandra: “también por nuestros antecedentes en escuelas populares, en diferentes movimientos juveniles y culturales. Es seguir exaltando la posibilidad de ser personas libres, además de rescatar esas raíces que desconocemos”.
Entre las historias vividas con el grupo musical, recuerda Alexandra, visitaron México para el Festival Transforma Morelia 2018, en el estado de Michoacán. Arribados en la ciudad de Puruándiro, su destino final y a pesar de algunos impases propios del quehacer, vivieron lo que fue para ella “algo mágico”: Niños de un colegio local quisieron compartir con Matuna una danza tradicional llamada los palotes, que, según les narraron, es una representación de la resistencia indígena que enfrentó a los españoles con palos en mano ya que no contaban con otro tipo de armas.
Así, a través del baile, los palos, y el vestuario, los niños en aquel lugar en México recuerdan su pasado, compartiendo con Matuna la visión transformadora del arte en la sociedad. No deja de ser llamativo que las comunidades ancestrales de ambas latitudes latinoamericanas, lucharon por el mismo derecho contra el mismo enemigo, y que hoy sus luchas sean inspiración para los jóvenes en sus creaciones artísticas preservando su memoria.
Actualmente Matuna cuenta con ocho integrantes, de los cuales tres están desde su inicio en 2015. Lo terminan de conformar: Juan Esteban Tamayo, percusionista graduado, metalero, su experiencia estuvo ligada a bandas de metal y punk, asumió Matuna como un reto para su crecimiento como músico; Samantha Jessie, estudiante de técnica vocal en la Débora Arango, es la voz principal y acompaña los coros; Vaessa Viana, también voz principal y coros. Alejandra Rúa, cantante y estudiante de chelo en la Universidad de Antioquia; Andrés Ríos, teatrero, músico, malabarista, apasionado por el blues y el rock and roll, es bajista y coros en Matuna; Isabel Durango, percusionista, toca el llamador, el alegre y las congas, graduada en percusión de la Débora Arango.
Para el sábado 20 de marzo, en el marco de la VI Fiesta de la Utopía, celebrado en la Casa para el Encuentro Eduardo Galeano, estará presente Matune con su presentación del caribe colombiano, con bullerengue, chalupa, fandango y tamboras. El evento organizado por la Corporación Mi Comuna, engrosará la trayectoria y experiencia del grupo musical, habiendo sido invitados a diversos festivales culturales así como eventos de ciudad.
El grupo hoy por hoy, viene explorando música afroperuana, comenta Duque Torres, continuando así el enriquecimiento de su estilo sonoro, de su mezcla de culturas ancestrales con la visión musical de un grupo heterogéneo de jóvenes apasionados por lo que hacen. Como lo expresa Alexandra, la música será para toda su vida.
Por Miller Rivera Rodríguez.
