Es 1982 y en una esquina del barrio Popular nace un proceso que hasta el día de hoy nos sigue asombrando y nos sigue enseñando, 42 años de lucha colectiva, de resistencia y de acogida a la comunidad es la trayectoria que carga sobre sus espaldas APICP o Asociación Pro Desarrollo e Integración Cultural Popular. Un nombre largo como su trayectoria y su quehacer con la comunidad, además de ser uno de los primeros espacios culturales del territorio. Con el peligro de desaparecer en 2020 por parte de una mala jugada de la administración municipal, APICP con su legado de resistencia se quedó en su lugar y fortaleció su labor con una apuesta por la Re-Existencia. Con toda la carga simbólica que el prefijo “Re” le brinda: repetición, renovación, retorno, recuperación, recuerdo y resistencia.
Actualmente es una casa llena de colores, y cada color simboliza cada uno de los procesos que hacen parte de ella, como lo son los talleres de arte, los clubes de lectura, los costureros, el club de vida. Y también los diferentes espacios deportivos como el sambo, el porrismo y la capoeira.
Hoy, Ana Higuita es quien está a cargo del proceso y nos cuenta, desde su experiencia, cómo nació este espacio: “Había una necesidad básica en el territorio y era la falta de derechos fundamentales: vivienda, educación, deporte, salud. Hubo una iniciativa de juntarse con los otros y las otras para pensarse formas de hacer articuladas que permitieran al territorio crecer en materia, no solamente de derechos, de garantía de derechos, sino también de fortalecer eso del arte y la cultura y el deporte en este barrio.”
¿Y qué está haciendo Ana como directora? Pues ha estado gestionando, estableciendo contactos con otras organizaciones, vinculando y atrayendo gente, jóvenes, personas de la comunidad que quieran aportar a esta apuesta colectiva. Acercándose mucho más a cada uno de los grupos que tiene la asociación, para que no solamente se vinculen más directamente al quehacer de la organización, sino también para que sepan que esta casa, la casa de APICP, es una casa común, una casa que nos abraza y que Re-Existe en este momento gracias a los grupos que hacen parte de ella.
Cuando subimos la loma vemos que en la entrada de la casa hay un gran mural con la palabra que define al proceso hoy en día, Re-Existir, y Ana nos cuenta el porqué del uso de esta palabra:
“La palabra Re-Existir justo se encuentra con ese ejercicio de hemos resistido. Hemos resistido 42 años en este territorio creando historias. APICP tiene una historia muy bonita y yo creo que si la reconocemos, si la hemos leído por ahí en algún momento, vamos a entender cada tinte, muchos y muchas de las que estamos aquí, tenemos historia en esta casa. ¿Por qué Re-Existir? Porque es un ejercicio de resistencia histórica, de recortar, de mover y seguir resonando en la historia, pero también es de volver a construir, de hacer cosas nuevas, de existir nuevamente. Entonces ahí es como el ejercicio de seguir reconociendo la importancia de la resistencia, de lo común y del ejercicio de la juntanza y la comunidad que tanto defendemos ahorita en esta casa.”
Desde esta perspectiva, la Re-Existencia implica una renovación continua del ser, una repetición no como una copia exacta, sino como una reelaboración constante de nuestra identidad y nuestras acciones. Es un acto de resistencia activa frente a las circunstancias adversas, un empeño por mantenerse vigente, relevante y auténtico. Re-Existir es, en cierto modo, renacer repetidamente de las cenizas de lo que intentó destruirnos, y esto es lo que hoy APICP nos muestra y nos enseña.
Lee aquí lo que publicamos en ese momento «La Casa de la Cultura APICP abre las puertas de la Biblioteca»
Por Felipe Machado
Fotografías cortesía APICP
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