Mi Comuna Dos Periódico Comunitario
Un breve recorrido por la historia de la Corporación Nuestra Gente, pioneros en la apuesta al arte en la Comuna 2; desde 1987 cambiando la percepción del arte y de las y los artistas
Como comunidad, hemos pasado por varias generaciones en las que se ha estigmatizado el arte o las costumbres de ciertas personas del mundo artístico, inclusive hoy día se sigue viendo cierta «satanización» o «segregación» hacia el arte, con centro en un discurso de que «ser artista es perder el tiempo», pero realmente ¿ser artista es perder el tiempo?…
En contraparte a ello nace la Corporación Nuestra Gente, fundada en 1987, que tuvo cimientos como grupo juvenil parroquial, en el que realizaban serenatas, cantaban la misa e incluso conciertos. En estos shows musicales fueron pioneros y les valió ser cuestionados ante los ojos de la comunidad, ya que empezaron a experimentar con géneros pocos escuchados y aceptados en nuestra sociedad, tal como lo es el Punk, Rock, Heavy Metal.
En ese entonces, Medellín se encontraba en una época de mucha violencia como lo fueron las décadas de los 80s-90s. En respuesta a este fenómeno, el grupo de jóvenes crea una incidencia cultural, pero los nuevos sacerdotes de la parroquia llegan con otras orientaciones y con la afirmación de que “eso es música del diablo» , entonces deciden sacar al grupo juvenil de la parroquia.
Pero los jóvenes de igual forma buscan cumplir con la necesidad de tener un espacio para el encuentro, y entonces se reúnen 36 de ellos y rentan una pequeña casa y dan nombre a la organización: Nuestra Gente.
Su primera acción fue montar una biblioteca popular con libros propios, también presentaban obra de títeres en las instituciones o afuera de la casa y la corporación llegó a estar en dos sedes y de esos 36 jóvenes hoy quedan dos cofundadores. Gracias al trabajo colectivo y la recaudación de fondos, hoy día tienen la posibilidad de estar en la Casa Amarilla, donde la Corporación cumplió ya sus 35 años, siempre apuntándole al arte como forma de expresión y trascendencia humana.
En la Casa Amarilla se puede ver un gran disfrute de las artes escénicas, presentaciones hermosas con grandes significados, y una gran participación de la comunidad, ya que precisamente el proceso que busca Nuestra Gente es tener una alternativa de vida a través del arte y la cultura, y lo logra dándole voz a aquellos que no la tienen por medio de las artes escénicas, porque el arte da la posibilidad de tratar temas que generalmente no son aceptados o bien vistos, expresar aquello que no se debe decir.
Una de sus grandes obras de teatro, Sonata de un Sinaí, trata el tema de la lucha que ha tenido el barrio Sinaí, ese desafío constante de vivir al lado del río, o de lo que vivieron en la pandemia sus residentes con un supuesto cerco epidemiológico y la confinación que tuvieron por parte del Estado. Desde el escenario, Nuestra Gente buscó la manera de abrazarlos y decir ustedes también son parte de mi comunidad.
También es de resaltar que sin los clubes juveniles no se habría presenciado tantas apuestas por el cambio en nuestra comuna nororiental, algunos por ejemplo han sido: Casa Lesmes, Convivamos, Picacho con futuro o casa piedra en el camino. En todas estas iniciativas, los jóvenes han sido agentes del cambio muy activos. Esto se ha podido ver reflejado con el paso del tiempo, pues los jóvenes buscan cambiar la realidad por medio de la resistencia hacia la violencia y por medio de los puntos de encuentros para el arte y la cultura. Gracias a ellos, hoy tenemos una percepción del arte distinta. Aunque como sociedad aún falta valor más el arte, hoy día es más aceptado.
Por Esteban Cardona Agudelo
Fotografía archivo Corporación Cultural Nuestra Gente
