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La inclusión aún es una promesa pendiente

Mientras Medellín se autodenomina innovadora y referente de transformación urbana, personas con discapacidad siguen encontrando barreras para acceder a espacios de recreación, cultura y formación.

Ángela María Rúa Tobón, es una mujer lideresa de la comuna 2 en temas de discapacidad y creció en el barrio El Sinaí. Ella y su hermano Jorge tienen una discapacidad visual, han hecho equipo para recorrer y reconocer el territorio de manera autónoma, disfrutan de los espacios colectivos y siempre se muestran proactivos en los lugares que les reciben. Sin embargo, estos espacios han sido pocos y ante esto, Ángela trabaja desde el Comité de discapacidad por alzar la voz y exigir que la ciudad sea también pensada para ellos.

Según el DANE, en Medellín viven cerca de 120.000 personas con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, un informe de la Personería de Medellín advirtió que menos del 15% de los escenarios públicos cuentan con accesibilidad universal. Lo que trasciende las rampas o señalizaciones que es lo que se ha presentado cuando se habla de inclusión.

Vamos por el territorio y hay basuras, ventas, carros estacionados, todo en los andenes y nosotros no tenemos por dónde caminar. Necesitamos que nos escuchen, lo importante es salir de las rutinas, nosotros como personas con discapacidad caemos en rutinas porque creen que no podemos hacer cosas y no, queremos conocer”. Señaló Ángela.

En contexto de ciudad, para el caso de las discapacidades visuales, en algunos andenes se instalaron pisos podotáctiles (superficies con relieves para alertar y guiar) pero estos equipamentos son ocupados y estas personas no pueden acceder. Y en el caso de la Comuna 2, la mayoría de las vías no cuentan ni siquiera con andén, por ende la carencia de espacio público trasciende los escenarios culturales y de formación empezando desde el estado de las vías.

La ciudad tiene en sus planes de desarrollo compromisos de inclusión, pero en la práctica, las personas con discapacidad encuentran limitaciones para acceder a formación artística, programas deportivos o simplemente espacios de ocio: “Yo no sé leer ni escribir pero con mi hermano que es mero para mentalizar direcciones, salimos junticos y llegamos a todas partes y muchas veces no hay esos espacios para nosotros”. Señala Ángela.

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, ratificada por Colombia en 2011, establece que el acceso a la cultura, la recreación y el deporte debe garantizarse en condiciones de igualdad. La Corte Constitucional colombiana también ha insistido en que la accesibilidad es un derecho fundamental, la inclusión no puede ser un discurso vacío. Se mide en la posibilidad real de que una persona con discapacidad pueda recorrer un parque, asistir a un concierto, aprender un arte o jugar un deporte en igualdad de condiciones.

Medellín, reconocida internacionalmente por su transformación urbana, aún tiene una deuda pendiente: convertirse en una ciudad pensada para todas y todos.

Por Lorena Tamayo Castro

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