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Semáforo, una necesidad prioritaria para la comunidad de El Sinaí

Desde el 2014 la comunidad del barrio El Sinaí expresa la necesidad de una solución por parte de la Administración Municipal para el paso de peatones en la carrera 52 entre calles 98 y 100, en este punto se han presentado diferentes y constantes accidentes de tránsito que afectan los habitantes del sector. El peligro que esta vía genera les impide acceder con tranquilidad a los servicios básicos de salud y educación, la veeduría del barrio instauro una acción popular de la cual esperan repuesta del juez.

Para llegar a las citas médicas en la Unidad Hospitalaria Santa Cruz o asistir a sus clases escolares en las Instituciones Educativas Pablo Neruda y República de Honduras, los habitantes de El Sinaí deben cruzar la carrera 52, una vía principal de la ciudad, ya que posee una conexión directa al kilómetro 0 de la carretera Medellín – Bogotá. Por ella transitan todo tipo de vehículos incluyendo taxis y varias rutas de transporte público, carros de carga pesada, motos, bicicletas y personas, especialmente niños que se dirigen a la escuela.

La escasa cultura ciudadana de algunos conductores de la ciudad agrava la situación en la carrera 52, el parqueo aledaño, el irrespeto por las señales de tránsito y la invisibilización del peatón ponen en riesgo la vida de los habitantes del sector. “Ningún conductor se detiene para que los niños pasen, nos toca meternos a la mitad de la carretera para que nos dejen pasar. Yo tengo una niña de 10 años que estudia en La Rosa y me toca ayudar a pasar otros niños que están en peligro de que los mate un carro, ni poniéndoles la mano nos dejan pasar” asegura Mery Jaramillo habitante del barrio e integrante de la Veeduría de El Sinaí.

Para Jhony Vásquez, comerciante del sector, la vía es muy peligrosa tanto para niños como para los adultos mayores, él propone una solución a esta problemática “Yo soy partidario de que se ponga un semáforo acá en la 52 con la calle 98 o 99. Desde mi trabajo he presenciado muchos accidentes y choques, además si una señora quiere pasar, es muy complicado, lo mismo los niños cuando salen de la escuela. A mí que estoy joven me parece difícil cruzar, es muy peligroso”

Debido a las constantes quejas de la comunidad, la Veeduría del Barrio El Sinaí le puso atención al asunto y realizó un diagnóstico previo para conocer la gravedad de la situación. “En un recorrido por la carrera 52 evidenciamos la necesidad de poner un semáforo en la vía ya que es necesario para el cruce de un lado a otro. En mi concepto un puente peatonal no es viable ya que es un elefante blanco que el peatón poco usa y otras experiencias de puentes lo han demostrado” afirmó Antonio Ochoa líder del sector.

Para la realización de un conducto regular, la Veeduría del Barrio El Sinaí comenzó por vía administrativa con un derecho de petición a la Secretaria de Movilidad, dependencia encargada de la semaforización en la Alcaldía de Medellín. La respuesta a este no fue la mejor y según Antonio Ochoa “me respondieron inicialmente que no se podía poner un semáforo, sin razones ni motivos.”

Pero no se rindieron ante la respuesta negativa y enviaron el segundo derecho de petición, en esta ocasión solicitaron que por medio de un estudio técnico verificaran la situación y le demostraran a la comunidad porque no era posible poner el semáforo en el sector. Antonio Ochoa apuntó que “Además de eso, les solicitamos que para ese estudio, deberían convocar a la Veeduría y así verificar que si vinieran al territorio. La respuesta a este derecho de petición fue que no se podía porque no pasan determinados carros por segundo, por esto es técnicamente inviable y nos dicen que en la carrera 94 pondrán un semáforo al terminar el Puente de la Madre Laura, pero eso es muy lejos”

La persistencia por resolver la situación llevó a los integrantes de la Veeduría a realizar el tercer derecho de petición sumándole más elementos jurídicos y técnicos, la respuesta de Secretaría de Movilidad especifica que la Carrera 52 es una vía de descongestión, por lo que no era posible ubicar el semáforo en el sector.

“Al ver que no era un razonamiento justo nos fuimos a la parte jurídica, enviamos una tutela y la respuesta es que es una acción colectiva y no individual, el juez nos dio las pautas citando el artículo 2 de la Ley 472 de 1998, que permite realizar una acción popular” apuntó Antonio Ochoa.

Dicha norma define la Acción Popular como un medio para la protección de los derechos e intereses colectivos. Las acciones populares se ejercen para evitar el daño que puede suceder, detener un peligro, la amenaza, la vulneración o perjuicio sobre los derechos e intereses de una comunidad, o restituir las cosas a su estado anterior cuando fuere posible.

Una vez presentada la acción popular el juez competente tiene el término de tres días para admitirla o inadmitirla, la demanda se rechaza cuando falten algunos de los requisitos que esta debe contener. El demandante tiene tres días para corregirla, de lo contrario se rechazará.

Cuando ha sido admitida la notificación debe ser efectuada de manera personal a la entidad o entidades demandadas y a la comunidad por un medio masivo de comunicación como por ejemplo una emisora o un diario de la ciudad; el demandado tendrá el término de diez días para contestar la demanda en la cual podrá pedir más pruebas.

A este último recurso acudió la Veeduría del Barrio El Sinaí para exigirle a la Administración Municipal los derechos de los habitantes de este sector. En esta ocasión no quisieron hacerlo solos y buscaron ayuda de la Defensoría del Pueblo. “Llevamos todos los papeles a las instalaciones y una funcionaria nos sugiere escribirle un derecho de petición a la directora regional Antioquia de la Defensoría, ese mismo día redactamos el documento y pasadas algunas horas la directora regional me llamó y me expresó el interés en ese caso, redactamos la acción popular argumentando pruebas, incluimos los derechos de petición negados y la tutela, la presentamos y la admitieron. Estamos esperando un pronunciamiento del juez, si nos toca apelar y llevar eso al tribunal lo vamos a hacer, pero aquí estamos muy confiados de que esto va a prosperar” concluyó Ochoa.

Los instrumentos administrativos y jurídicos que brinda la normativa colombiana han sido una herramienta para el trabajo realizado por la Veeduría del barrio El Sinaí. Ahora, solo queda esperar el pronunciamiento del juez para solucionar esta situación que tiene muchas vidas en peligro.

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