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Reciclar no empieza en la casa sino en el corazón

“Reciclar es recuperar cosas que todavía tienen validez económica y emocional”

Yancy Yirley Raigoza de 32 años de edad tiene piel trigueña, pelo corto y cuerpo delgado.  Su sonrisa es adornada con dientes un tanto separados y los dedos de sus manos tienen múltiples cortadas que ha adquirido trabajando como recicladora por más de dos décadas, labor que como ella misma narra trae implicaciones, riesgos, esfuerzos y recompensas que muchas personas desconocen:

Chuzarse con agujas, cortarse con vidrios, aspirar olores muy fuertes: a veces químicos, ratas podridas, gusanos, comida descompuesta, pañales, toallas higiénicas… hace parte de reciclar. Porque uno va es a eso, a sentir todas las porquerías de cada uno.

Desde los 7 años he estado trabajando en el reciclaje, fue la manera que encontramos mis hermanos y yo para subsistir después de quedar huérfanos. Al principio nos motivábamos por la plata, encontrar detalles, cositas que le van dando agregado a la vida y después para manutención propia y salir adelante sin necesidad de tener que desapropiarse de los principios y valores como persona. Reciclar es un método de sobrevivencia. Pero ¿Hasta cuándo vamos a dejar de sobrevivir para vivir?

Antes de salir a trabajar preparo un costal o tula grande para recorrer las calles de los barrios. A veces salgo motivaba por la esperanza de encontrarme un celular, una cadena, un anillo de oro u otro objeto que pueda vender por más precio. Otras veces por falta de comida y algún peso en el bolsillo.

Una jornada de reciclaje a veces dura todo el día. Se puede empezar a las 5 de la mañana si hay mucha moral. Pero el día anterior uno tiene que preparar la mente.

Como muchas personas no seleccionan, los recicladores tenemos que coger las cosas que sirven pero están mezcladas y los riesgos son muchos, por ejemplo: al destapar las basuras salen microorganismos y bacterias que se le meten a la nariz, se le van a los pulmones por la boca, al estómago, dan infecciones y bacterias en el cuerpo que dan enfermedades y lo pueden matar a uno. Anteriormente la gente tenía más consciencia sobre el daño que causaba mezclar las cosas. Aunque a veces las personas lo llaman a uno y le entregan directamente las cosas.

“ Las personas que manipulan basuras pueden tener riesgos al encontrarse residuos biológicos de enfermedades trasmisibles como el VIH o enfermedades por bacterias que se pueden ir al torrente sanguíneo y generar incluso la muerte”. Pedro Ospina, coordinador médico de la Unidad Hospitalaria de Santa Cruz.

No uso tapabocas o guantes, porque no se siente lo que se debería sentir y las agujas, los cuchillos, las cuchillas, los vidrios por más visión que se tenga la bolsa no protege. Cada quien se cuida a su manera.

Lo desagradable de esta labor es encontrarse con excremento, aguamasa, pañales, papeles higiénicos que cuando la gente va a sacar la basura es lo último que guardan y lo primero que uno toca. ¡Es como tocarles el culo a las personas!

Sin embargo, reciclar también es algo emotivo porque hay cosas valiosas que las personas desechan. Uno se encuentra carne congelada, una yuca y le quita el pedasito malo, una papa… y se va contento para la casa porque tiene qué comer. Es agradable encontrar pequeños detalles que tienen más importancia o más valor que un bulto de material, estos pueden agregarle emoción a la vida como un reloj que no cuesta mucha plata pero sirve para alegrar a mi hija. Incluso algo muy bonito que se encuentra es el amor de las personas porque lo aprenden a conocer y se dan cuenta de las capacidades que tiene, la humildad, la honradez y lo ayudan, le dan la mano.

Cuando termino el recorrido organizo el material y llevo los costales en una carretilla (si tengo) para vender el reciclaje en las chatarrerías. Aunque no da para la comida porque está muy desvalorado y el pago está muy malo. A veces grandes cantidades son 10 o 15 mil pesos, pero eso varía mucho.

En la actulidad los valores por kilo que pagan en las chatarrerías según el material son: Pasta $600, Archivo $600, Chatarra $370, Cobre Rojo $11.700, Cobre Amarillo $7.000, Vidrio $100, Cartón $300 y Aluminio $2200. Sin embargo, ello varía según el lugar.

Les recomiendo a las personas que se informen sobre esos pequeños detalles para grandes soluciones como el separar. Que piensen en los demás, pues la voluntad de ayudar con los desechos podría cambiar la vida de los que vivimos del reciclaje. Deberíamos ser corteses con nosotros mismos, con el mundo y tomar obligaciones propias. Tener amor propio que es cuidarnos a nosotros mismos y cuidar el medio ambiente es cuidarse a sí mismos. Esto no empieza en la casa sino en el corazón.

En el último siglo se han realizado muchas campañas pedagógicas para enseñarles a las personas sobre la importancia de separar y reciclar materiales como el papel, cartón, aluminio, cobre y vidrio, sin embargo, pocos conocen sobre el trabajo que realizan los recicladores y los riesgos a los que ellos se enfrentan, desconociendo la responsabilidad que cada persona tiene con el hábitat  en el que vive. Empacar los materiales sólidos y los residuos orgánicos en bolsas diferentes, envolver los vidrios y agujas con papel o depositarlos en cajas para evitar accidentes y recolectar residuos orgánicos que algunos vecinos y vecinas utilizan como abono o compostaje, son acciones que crean hábitos saludables con el medio ambiente y facilitan el trabajo de quienes subsisten a partir del reciclaje y quienes trabajan en la empresa prestadora de servicios de aseo en la ciudad.

Mira el video de esta campaña.

Escucha el audio de esta campaña.

 

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