Mi Comuna Dos Periódico Comunitario
Con una oleada de colores de sombrillas, narices rojas, pancartas, rostros maquillados, flores amarillas y blancas, se paseaban manos unidas desde la resistencia potenciando la voz que con fervor entonaba: “¡La educación del pueblo no se vende, se defiende!”. El gris del cielo y la lluvia contrastó y en lugar de ser un impedimento en el caminar, fue cómplice.
Esto lo vivimos el pasado miércoles 10 de octubre, donde estudiantes, profesores y trabajadores de todas las instituciones públicas de educación superior y algunos de universidades privadas a nivel nacional marcharon para solicitar al gobierno mayor atención a la educación.
Esta marcha multitudinaria salió desde el Parque de los Deseos en el norte de la ciudad hasta el Politécnico Jaime Isaza Cadavid en el sur. Sin importar la lluvia llegaron los marchantes; entre sus reivindicaciones exigieron más presupuesto para la educación superior pública. Desde la década del 90 con la puesta en marcha de la Ley 30 está casi congelado y ningún gobierno, incluido el actual, se ha dignado a atender.
¿Por qué nos movilizamos los estudiantes de las instituciones de educación superior pública?
Un punto importante de las movilizaciones actuales es la financiación. El gobierno nacional tiene una deuda acumulada que asciende a más de 15 billones de pesos, por lo que se le ha exigido agregar 4.5 billones de pesos para el año 2019 y construir un plan de pago de esta deuda histórica. Con respecto a esto se debe tener en cuenta que la propuesta que han presentado los estudiantes incluye todas las instituciones de educación superior, diferente a movilizaciones pasadas que solo ha reivindicado la adición de presupuesto para universidades públicas.
Otras propuestas importantes de parte de los estudiantes es el aumento del presupuesto del 100% con respecto al año anterior para Colciencias y la reliquidación de las deudas con el ICETEX a una tasa de interés real del 0%. La educación superior en el país ha mostrado que es un tema para librar como sociedad, por este motivo muchos sectores sociales se han unido a las movilizaciones estudiantiles.
Sin embargo, más que presupuesto, los estudiantes salimos a la calle para reclamar la educación como un derecho y no como un privilegio de una clase favorecida de la sociedad. Marchamos para que los jóvenes de los barrios populares, esos en los que crecimos, puedan acceder a una educación pública, gratuita y de calidad.
La invitación es abierta para que como sociedad salgamos a la calle a demandar nuestros derechos, a ser ciudadanías activas por la construcción de un país más justo. Que el sentimiento de esperanza que se encendió en quienes marchamos, sea también la provocación para compartir con ese otro y otra que desconoce la situación que estamos atravesando y así puedan sumarse para que en la calle esté el país entero.
“¡Se avisa el público de la república, que la U. Publica se va a acabar, para que salga a la calle pública, y no la deje privatizar!”
Por Christian Álvarez y Claudia Vásquez
